Puede que en un primer momento, no veamos muy claro eso de cocinar col y, si tienes niños, probablemente haga tiempo que has renunciado a introducirla en tus comidas, ya que es una verdura un tanto difícil. Estamos de acuerdo contigo pero quizás en estas apetecibles recetas encuentres algo de inspiración:
Beneficios de la col
No importa la variedad, la col es una verdura rica en minerales (potasio, azufre, fósforo, calcio, magnesio, hierro) y vitaminas (C, A, B9, E, K...). Es muy buena, remineralizante, tonificadora y energética al mismo tiempo, si se consume poco después de comprarla y se evita la cocción muy larga, para conservar al máximo todas las estas cualidades. Sus virtudes revitalizadoras y diuréticas también la hacen útil en períodos en los que quieras seguir una dieta más detox.
Tipos de coles
Col verde rizada (col de Milán) y col verde. Tiene las hojas rizadas y onduladas en el perímetro. Su color verde es bastante oscuro en las hojas exteriores y más claro en las del interior. Se encuentra de septiembre a junio. La col verde tiene hojas lisas, bastante finas, de color verde oscuro tirando a azul-violeta en los extremos. Se encuentra desde el fina del otoño. Si te estás preguntando cómo cocinarla y cómo combinarla, piensa que pueden degustarse cocidas o salteadas, raramente crudas (hacerlo con un blanqueamiento 5 minutos antes). Además, combinan a la perfección con carne blanca, carne picada, cebolla, guiso de verduras y carne, sopa, legumbres secas, quesos fundidos y pescado azul.
Lombarda: Una col con hojas lisas y de color púrpura/violeta. Al cortarla se ven estrías blancas. Se vuelve violeta-fucsia al rociarle vinagreta (la acidez del vinagre le da este color). Cocida, se vuelve casi azul. Su sabor es un poco acidulado. A la hora de cocinarla puedes prepararla cocida al vapor o, si lo prefieres, cruda en
ensalada. Es una buena opción para combinar con zanahorias, patatas, manzanas, atún, castañas y como guarnición con carnes rojas.
Repollo: Es una col acogollada, de color blanco o verde pálido. Sus hojas son lisas. Crudo tiene un sabor fresco, acidulado y picante. Cocido, absorbe el sabor del ingrediente con el que se ha preparado. Se recolecta en junio. La puedes preparar en crudo como parte de una ensalada o cocida como complemento a un estofado. Funciona muy bien con apio, manzanas verdes, nueces y queso roquefort.
Col de Bruselas: Son pequeñas coles redondas, colgadas en racimos en un tallo central. Hay muchas variedades, que permiten encontrarlas desde finales de septiembre a marzo. Muy ricas en vitaminas B9, B1, fibras y provitamina A. Se aconseja no comerla cruda, pero si se preparan para ensalada, por ejemplo, es preferible escaldarlas ligeramente (5 min). Si no, se pueden cocer al vapor (no más de 8 minutos) o salteadas directamente en la sartén. Encajan a la perfección con alimentos grasos como el tocino o quesos como el azul o el brie. También puedes aliñarlas con una mezcla de limón y comino.
Coliflor: De forma más bien redonda, debe ser bien blanca, con granos finos y ramos tupidos. Las hojas de la base tienen que ser tupidas y de color verde pálido. La coliflor verde es casi igual, pero su color es verde primavera. Nuestra recomendación es que la comas cocida en gratén, buñuelos, puré, cruda en ramos o rallada, en forma de tabulé. Como sabrás, es una delicia si la comes con mascarpone, aliños con ajo o curry.
Brócoli: En los campos, está formado por un tallo central del que salen pequeños ramos. En la base, las hojas verdes bastante altas protegen la cabeza del brócoli. Los ramos tienen granos muy compactos. Su color va del verde amarillento al verde azulado o verde-violeta. El brócoli es rico en vitamina C, su sabor es fino, suave y ligeramente dulce, ya que es rico en glúcidos. Su temporada alta es de julio a noviembre. Al igual que la coliflor, es una verdura ideal para comer cocida en gratén o para formar parte de una quiche, ya que su sabor es perfecto para mezclar con diferentes tipos de queso y también como guarnición a carnes blancas.
Col romanesco: También se conoce como el brócoli con cogollo. Tiene la base de una coliflor, pero con pequeños cogollos puntiagudos, como pirámides, y de color verde claro. Su sabor es suave y ligeramente dulce, es más fino que la coliflor y el brócoli. Es ideal para precocerlo al vapor y después saltearlo, o crudo en ensalada o para el aperitivo. Va genial cuando acompaña al pescado blanco y algunas especias como el hinojo resaltan aún más su sabor.
Col china (Po- Tsaï): Se parece a una lechuga de tipo Romana, con su forma alargada, poco espesa y blanca, y sus hojas rizadas de color verde pálido. Tiene un sabor suave pero fresco (si se consume cruda), que se adapta a muchas recetas. A la hora de cocinarla, puedes prepararla cruda en ensalada, cocida al vapor o salteada en un wok. Por su origen asiático combina a la perfección con especias orientales, frutos secos y salsa de soja.
Algunos consejos básicos para cocinarla:
1) Lavar la col con agua vinagrada para hacer salir los insectos.
2) Para conservar el color verde de la col, escaldarla con agua hirviendo con sal y vinagre de 2 a 5 minutos y sumergirla rápidamente en un baño de agua helada (agua fría y cubitos) para fijar la clorofila.
3) Evitar el olor y hacerla más ligera: añadir un picatoste en el agua de la cocción y una pizca de bicarbonato, que absorberá el azufre (responsable del olor tan fuerte de la col) y fijará el color.
Además de la col, aquí te dejamos algunas ideas por si necesitas inspirarte con las recetas más saludables:
LETTER
Y además:
Esta es la guía definitiva para escoger un buen pan
Todo lo que necesitas saber sobre los aceite vegetales