Probablemente hayas encontrado en algún mercado esta planta, que tiene una forma muy particular parecida a un bulbo blanco con tallos verdes y fuertes que emergen de él y terminan en pequeñas ramificaciones plumosas parecidas a la hierba, un producto similar a una cebolleta. Muy al contrario que esta otra especie, el hinojo tiene un aroma más agradable, además de que su sabor se asimila más al de un apio que al de esta otra hortaliza.
Científicamente conocido como Foeniculum Vulgare (y perteneciente a la familia de las umbelíferas, entre las que se encuentran la zanahoria y el perifollo, el hinojo es una de las plantas más cultivadas de la zona meridional europea y es originaria de la costa del mar Mediterráneo, aunque se tiene constancia de que los primeros usos de esta planta medicinal se dieron en el antiguo Egipto.
En la actualidad, esta planta se sigue utilizando por sus propiedades relacionadas con el campo medicinal, aunque también se ha colado en la cocina de nuestro país, puesto que presenta una serie de beneficios de diversa índole para el cuerpo humano, ya que se puede utilizar como remedio digestivo, para reducir dolores estomacales y menstruales e, incluso, para evitar la caída del cabello.
¿Cómo debes elegirlo?
Como hemos comentado el inicio de este escrito, el hinojo se caracteriza por su enorme bulbo blanco redondeado y compacto similar al de una cebolleta del que emergen ramificaciones de color verde claro. Lo ideal es que, a la hora de comprarlo o adquirirlo, elijas un Foeniculum que presente un color blanco uniforme en su bulbo, esto es, que no tenga manchas amarillas u oscuras, porque esto indica que el hinojo no es fresco y que no presenta la dureza que precisa esta planta.
Por otra parte, al igual que ocurre con otras hortalizas, debes tener en cuenta que su sabor dependerá del tamaño, ya que el bulbo pequeño siempre será más crujiente y sabroso que el grande, de modo que debes elegir uno de menor peso si deseas comerlo crudo. Además, para asegurarte de que es fresco, el hinojo debe desprender un olor ligeramente similar al del regaliz o al anís (es por eso que se suele utilizar para la elaboración de encurtidos y otros aliños) y las ramas deben de ser relucientes y verdes claras.
La época ideal para comprarlos es a finales de otoño, durante el invierno y en primavera, aunque depende en gran medida de la climatología y la altitud en la que se encuentra el terreno de plantación. Generalmente, no soporta el calor, que seca sus semillas y deteriora el aspecto del hinojo, del que se aprovecha todo: tanto su bulbo como sus hojas, sus flores y sus frutos. Generalmente las hojas se utilizan para aromatizar caldos de pescado o marisco así como otros platos con ese peculiar sabor a regaliz y anís.
Usos medicinales de la planta
Las semillas del hinojo son muy ricas en aceite esencial de antelo, de modo que son muy ricas en propiedades diuréticas, además de que favorece la digestión y ayuda a expulsar los gases (mediante la masticación de las semillas de la planta), reduciendo así la sensación de vientre hinchado. Por ese motivo, también se utiliza para controlar la acidez estomacal, aliviar los cólicos, la indigestión o la inapetencia. En este caso, lo ideal es tomar el hinojo en forma de infusion, siempre con la recomendación previa por parte de un especialista.
Por otra parte, puede ser un buen remedio para combatir el estreñimiento e infecciones de carácter urinario, ya que impulsa la eliminación de toxinas y evita la aparición de cistitis, uretritis y oliguria, así como otras inflamaciones oculares (rojeces y ojos cansados) y bucales (está indicado especialmente para el tratamiento de las encías). En la misma línea, ayuda a eliminar el mal sabor de boca y el mal aliento, esto es, la halitosis, favorece la eliminación de toxinas y evita la caída del cabello, ya que funciona como protector del sistema inmunológico.
También se ha demostrado que esta planta es un potente aliado para reducir los síntomas menstruales, tales como la sequedad vaginal, los mareos o el cansancio. Por último, personas con problemas respiratorios como la tos, el asma o la bronquitis deben hacer uso de este complemento, ya que una infusion de hinojo ayuda a reducir su impacto sobre los bronquios, actuando como un antiespasmódico natural.
Efectos secundarios
Todo complemento alimenticio presenta una serie de contraindicaciones o efectos adversos cuya información no esta de más en estas líneas. Aunque, generalmente, no hay ningún efecto negativo en su consumo, deben evitarse las grandes dosis del hinojo (tanto de su bulbo como de sus tallos o la hierba), ya que puede provocar somnolencia, convulsiones e, incluso, arritmias. Esto se debe a que la planta contiene dosis altas de antelo y estragol, componentes del aceite esencial del hinojo que funcionan como neuritóxicos.
Además, no se recomienda ni a niños menores de 12 años ni a personas que padezcan problemas gastrointestinales, como gastritis así como la enfermedad del colon irritable. Tampoco está indicado durante el embarazo o la lactancia, personas que presenten algún tipo de alergia a la familia de estas plantas ni aquellas que estén sometidas a algún tratamiento hormonal. Otra de las contraindicaciones de sus distintos usos es su efecto narcotizante, por lo que hay que tener mucho cuidado si se quiere tomar y siempre en cantidades pequeñas y diluidas.
Usos en la cocina
El hinojo se puede cocinar de cualquier manera (crudo, al horno, hervido, al vapor, rehogado...), si bien este tratamiento dependerá del plato que queramos preparar y del sabor que queramos añadir a los alimentos, ya que se puede utilizar como condimento, como acompañamiento o como saborizante por su potente sabor a anís y regaliz.
En el caso de que se quiera ingerir crudo, debe cortarse en láminas finas (en esta ocasión te puedes ayudar por un rallador) y añadirlo a las ensaladas, al tabulé o a una macedonia de cítricos, especialmente si se trata de pomelos y naranjas. De este modo, también tiene otros usos en el postre, ya que su sabor anisado combina a la perfección con muchos otros como la miel o el chocolate.
Aunque su uso no es particularmente culinario, la forma más extendida de tomar esta planta es mediante infusiones, ingeridas principalmente como remedio digestivo para aliviar los síntomas del ardor, el dolor estomacal, las náuseas o los gases. En este caso, para preparar estas infusiones solo debes utilizas medio litro de agua y alrededor de 25 gramos de este vegetal crudo.
Para ello, pon a hervir el agua y, cuando entre en ebullición, añade el hinojo (puedes utilizar el bulbo y y las ramas del vegetal o bien sus semillas). Déjalo hervir alrededor de 5 minutos, a los que debes sumar otros 3 de reposo. Una vez haya transcurrido ese tiempo, añade edulcorante, azúcar o miel y disfruta de su sabor natural a anís en formato infusión o té.
Con los tallos verdes que sobresalen del bulbo tambien puedes aprovechar para elaborar encurtidos y aromatizar aceitunas, pepinillos o, incluso, berenjenas, así como comerlos hervidos como si se tratara de espárragos. Si los prefieres crudos, trocea estos tallos muy finos para acompañar ensaladas y espolvorear sobre recetas a base de carnes, estofados, pescados, huevos escalfados e, incluso, sopas de calabaza y zanahoria.
El hinojo en cosmética
Además de sus numerosas propiedades naturales dirigidas al tratamiento de enfermedades o dolencias de diversas características, esta planta también presenta una serie de beneficios para el tratamiento cosmético y dermatológico. De hecho, es un buen tratamiento para prevenir y reducir la aparición de granitos o el acné, ya que contiene propiedades antibacterianas que sirven para reducir el exceso de grasa en nuestra piel.
Con ello, es muy efectiva para regular la función hepática y favorece la circulación sanguínea, mejorando con ella la apariencia de la piel, tonificándola y previniendo la aparición de arrugas y bolsas en los ojos. Así, también sirve para aliviar el hinchazón del vientre y de las piernas, ya que contiene propiedades antiinflamatorias.
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