Detrás de las maravillosas tardes de playa y los días al sol se esconde la peor cara del verano: el incremento de los casos de cistitis o infección urinaria. ¿Los culpables? La humedad tras los baños y las altas temperaturas, que se alían con la bacteria E. Coli, principal responsable de esta infección. Para vencerla, primero debemos conocer a nuestro enemigo y saber cómo actúa, ¿no?
La cistitis es un tipo de infección del tracto urinario, provocada por la presencia y multiplicación de microrganismos en dicha zona, principalmente por la bacteria Escherichia Coli -responsable en el 75% de los casos-.
Este microorganismo, que se encuentra en nuestro intestino en grandes cantidades, puede colonizar la piel que rodea a la uretra y acceder a la vejiga. Allí, gracias a los filamentos o ‘pelos’ que posee alrededor de su cuerpo, se adhiere a las paredes de este órgano donde se almacena la orina. Es precisamente esta invasión la que provoca lesiones y libera toxinas que pueden resultar perjudiciales para nuestro organismo.
Pero, ¿por qué los casos de cistitis son más frecuentes en verano? Las bacterias crecen y proliferan mejor en esta época por varios factores propios de los meses estivales como la humedad posterior a los baños en la piscina o la playa, las altas temperaturas o la deshidratación.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Alrededor de un 40% d las mujeres ha padecido cistitis en algún momento de su vida. Por ello, es muy probable que hayas sentido en tus propias carnes sus síntomas o que, al menos, conozcas a alguien que haya pasado por este molesto trance. La principal razón por la que la cistitis nos afecta con tanta frecuencia es que las mujeres tenemos la uretra más corta que los hombres y, por ello, el paso de gérmenes resulta más fácil que en el caso del sexo opuesto.
Cuando el ataque de la bacteria E. Coli se produce, nuestro cuerpo manifiesta unos síntomas tan fácilmente identificables como molestos: dolor o escozor al orinar, necesidad urgente de ir al baño, micciones escasas y frecuentes, necesidad de orinar por la noche o presión en parte inferior de la pelvis.
Lo peor es que estos síntomas tan comunes pueden reaparecer en los meses siguientes a la primera vez que padecemos infección de orina. ¿Cómo podemos evitar su reaparición y conseguir que nada nos pare este verano? ¡No te pierdas nuestros consejos!
1. Bebe al menos 1,5 l de líquido al día
Como sabes, en verano resulta indispensable el consumo de líquidos para evitar la deshidratación. Precisamente, es esta una de las principales causas que provocan la cistitis. ¿Por qué? Tan simple como que el líquido ayuda a eliminar de forma más rápida las bacterias del aparato urinario.
2. Procura orinar con frecuencia
El crecimiento bacteriano es mayor cuanto más tiempo permanece la orina en la vejiga. Puesto que la manera de eliminar estos microorganismos es expulsándolos con la orina, intenta ir al servicio cada 2 o 3 horas, aunque no tengas ganas. Es cierto que en temporada estival nuestros horarios cambian, pasamos más tiempo fuera de casa y a veces resulta difícil ir al baño tanto como lo necesitamos. Sin embargo, procura no aguantar demasiado tiempo las ganas de orinar.
3. Combate el estreñimiento
Aguantar las ganas de ir al baño también es uno de los motivos por lo que la cistitis es más frecuente en verano. Una vez más, los cambios en nuestra rutina y las variaciones de nuestra alimentación pueden ser una de las razones por las que padecemos estreñimiento cuando llega la temporada estival. Dicho esto, intenta no posponer la evacuación para que los gérmenes no puedan colonizar los tejidos cercanos al tracto urinario.
4. Cuidado al lavarte y secarte
El 80 % de las bacterias que provocan infecciones urinarias provienen de las heces, por lo que debes evitar el posible contacto con éstas. Para ello, sécate y lávate siempre de adelante hacia atrás. Asimismo, conviene que emplees jabones neutros, a la venta en las farmacias y más apropiados para zonas sensibles.
5. El antes y el después de las relaciones sexuales
Si en tu caso la infección de orina se relaciona con el mantenimiento de relaciones sexuales, debes saber que es algo habitual, ya que la actividad sexual incrementa hasta 40 veces el riesgo de infección porque posibilita que ciertos microorganismos queden alojados en la uretra. Por ello, es importante que orines antes de mantener relaciones y también una vez que haya terminado el acto sexual.
6. Mejor darte una ducha que un baño
Los baños relajantes pueden estar bien pero en esta época del año, ¿qué hay mejor que una ducha fresquita? En la higiene diaria, la mejor opción es que te duches en lugar de darte un baño o usar el bidé. Esto se debe a que el agua acumulada puede contener una serie de bacterias capaces de provocar cistitis.
7. A la playa siempre con un bikini de repuesto
En época de piscinas y playas, la humedad de las prendas de baño o el cambio de temperatura existente entre el agua y el exterior producen a menudo enfriamientos bruscos que afectan al vientre y la zona vaginal. Por eso, lo más recomendable es que acudas a la playa o piscina con una braguita de repuesto para cambiarte una vez que salgas del agua si sabes que permanecerás con la ropa interior húmeda durante un periodo largo de tiempo.
8. Utiliza ropa interior de algodón y evita las prendas ajustadas
Las prendas demasiado estrechas o fabricadas con material sintético favorecen la transpiración y, por tanto, la proliferación de microbios. Por ello, los expertos recomiendan que utilicemos siempre ropa interior de algodón y no utilicemos de forma frecuente prendas demasiado ajustadas.
9. Cuidado con los tampones y algunos métodos anticonceptivos
Algunos métodos anticonceptivos como el diafragma y otros productos de higiene femenina como los tampones también pueden guardar relación con la aparición de la cistitis. El diafragma puede presionar la uretra y dificultar el vaciado de la vejiga, por lo que su uso está asociado a una mayor frecuencia de infección. Por ello, si eres propensa a padecer infección de orina, lo mejor es que optes por otros métodos anticonceptivos.
Asimismo, los tampones son aconsejables si las infecciones urinarias aparecen en el periodo premenstrual, ya que pueden favorecer la humedad, impedir la correcta expulsión de las bacterias y favorecer su colonización.
10. Vigila tu dieta y adora el arándano rojo
Como ya te hemos contado, la hidratación resulta fundamental para prevenir una cistitis. Por ello, los expertos recomiendan el consumo de frutas y verduras, especialmente aquellas que tienen hojas verdes y agua, como las espinacas. También es recomendable que consumas alimentos con un alto contenido en fibra que ayuden a regular tu tránsito intestinal y con los que evitemos el estreñimiento.
Por otro lado, si eres propensa a sufrir este tipo de infección, comenzarás a adorar el arándano rojo. Y es que diversos organismos internacionales han demostrado los beneficios de este fruto a la hora de prevenir las infecciones urinarias. Puedes ingerirlo directamente o bien en forma de zumo. También existen complementos alimenticios que garantizan las dosis más adecuadas para evitar la incidencia de las infecciones urinarias. Así que, ¿a qué esperas para introducirlo en tu dieta?
LETTER
Y además
¡No olvides la toalla! Las 30 playas más alucinantes del mundo
¡Quiérete! 15 súper alimentos buenos para tu corazón