Los smoothies: ¡Los zumos de frutas que están de moda!
¿Los smoothies te vuelven loca? No nos extraña. Son una mezcla a base de frutas, zumo de frutas, hielo machacado y, en ocasiones, leche, por lo que no hay que confundirlos con los batidos con helado. Los smoothies son el capricho de entre las bebidas más refrescantes del verano y contienen muy pocas calorías. No puedes dejar de probar la frambuesa con leche de coco y menta. ¡Chin-chin!
Los zumos de frutas y verduras
¿Sabías que los guisantes, el calabacín o la berenjena son, biológicamente hablando, frutas? Sin embargo, los consumimos en calidad de verduras. En cambio, hay otras como la zanahoria o el tomate que, aunque no lo son, lo parecen. Todas ellas se utilizan para hacer zumos combinándolas con la fruta que más nos gusta. Por ejemplo, el dúo ganador y extravitaminado: zanahoria con naranja. Si quieres añadir un toque de feminidad: unos trozos de manzana verde en los cócteles. Con el tomate: atrévete a mezclarlo con plátano y convierte el zumo en una untuosa exquisitez. Un abanico 100 % fruta: pera, guisantes y menta, o cilantro... ¡Qué maravilla!
Los zumos de frutas naturalmente azucarados
En verano no vale la pena hacer demasiadas mezclas porque cada uno de los sabores tiene personalidad propia. Simplemente prueba el zumo de frambuesa con hielo machacado o la combinación fresa-albahaca. La mora y la grosella negra desvelan un sabor tenebroso y sabroso al mismo tiempo, mientras que la uva la exprimiremos cuando no tengamos demasiada hambre. Recuerda que el verano también es la estación de los albaricoques.
¿Qué zumos de frutas hay que comprar en el súper?
En las estanterías del supermercado encontramos tres denominaciones diferentes en cuanto a zumos: 100 % zumo puro, a base de zumo concentrado y néctar. El zumo puro, ya lo habrás adivinado, es el auténtico; el que se extrae directamente de la fruta. El concentrado es zumo deshidratado y reconstituido con la misma cantidad de agua. Y, finalmente, el néctar se elabora a partir de zumo, puré o pulpa de fruta a la que se le añade agua y azúcar. Así que te toca elegir zumo, estilo: ¿cremoso o ligero?
¿Cómo preparar zumo de frutas?
No importa la fruta elegida, siempre hay que lavarla y pelarla antes de utilizarla. Presta atención también a los huesos, de la cereza o el albaricoque por ejemplo, porque podrían estropear la licuadora o la batidora. No dudes en hacer crecer el zumo o el puré de frutas con agua o más zumo de fruta. Si al probarlo ves que no lleva suficiente azúcar, añade una cucharada sopera de sirope de arce, una pizca de canela, stevia o azúcar glas.
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