Un champú para cada tipo de cabello
Elige un champú que se adapte a tu tipo de cabello: normal, graso, seco, fino, rizado o teñido. ¿Por qué? Porque los activos que forman parte de la composición de la fórmula están escogidos especialmente para tratar cada problema de manera específica. ¿Qué ganas utilizando un champú para cabello fino si el tuyo es grueso?
Los cabellos grasos se deben a una producción excesiva de sebo y a que el cuero cabelludo se irrita por este exceso. Conviene limpiarlo con frecuencia pero con suavidad para sanear todo, respetando siempre el ph del cuero cabelludo. Los cabellos secos, por su parte, no producen suficiente sebo y el cuero cabelludo es sensible. Consecuencia: la fibra capilar no está lisa. Hay que lavarlo pero hidratarlo y nutrirlo al mismo tiempo, para que recupere la suavidad y tonicidad.
Los cabellos teñidos suelen ser frágiles por los tintes y las continuas mechas, por lo que para mantenerlos con brillo y fuerza, es indispensable utilizar un champú específico.
Por último, los cabellos finos, rizados o teñidos también pueden ser secos, grasos o normales. La solución para conservarlos sanos es alternar un champú o tratamiento con otro en función de la necesidad. Por ejemplo: uno específico para cabellos teñidos con uno específico para cabellos finos o rizados.
La frecuencia ideal
Lavar el cabello con demasiada frecuencia no es lo más recomendable, ya que una higiene excesiva acaba con la autodefensa natural. Por ello, sea cual sea tu tipo de cabello, la frecuencia de lavado ideal es de dos veces por semana.
¿Una regla de oro? No utilices mucha cantidad de champú ya que daña la fibra capilar a largo plazo. Si tienes un problema específico (caída de cabello, cabello graso, dañado…), elige un champú específico para ello, preferiblemente en la farmacia, y sigue los consejos de tu dermatólogo.
Cómo aplicar correctamente el champú
- Moja el cabello.
- Échate una nuez de champú en la mano y aplícatelo en el cabello.
- Añade un poco de agua y masajea con suavidad. Insiste en algunas zonas presionando con algo más de fuerza con las puntas de los dedos a cada lado de la cabeza, en la parte de arriba y baja hasta la nuca. Este tipo de masajes activan la circulación.
- Aclara y vuelve a aplicar una gota de champú para lavar bien el cabello por segunda vez.
- Vuelve a aclarar con abundante agua: primero con agua caliente y luego con agua tibia.
- Termina con un chorro de agua fría que cierra la cutícula y aporta brillo.
Trucos
- Si tienes el cabello muy seco, puedes utilizar una mascarilla a modo de champú. Deja que actúe unos minutos y aclara con abundante agua.
- Si tienes el cabello encrespado, utiliza un acondicionador después del champú. Deja que actúe durante unos minutos y aclara con abundante agua. .
- Si tienes el cabello apagado, utiliza un enjuague de vinagre y ¡brillo garantizado!
Acabado
Cuando el cabello está mojado es especialmente quebradizo y sensible a la rotura, por lo que es importante evitar frotarlo enérgicamente con la toalla cuando lo sequemos.
En su lugar, debemos optar por envolverlo en una toalla de rizo y dejarlo secar en ella durante unos 20 minutos. Además, cuando retiremos la toalla, el pelo ya estará prácticamente seco, lo que también reducirá el tiempo de exposición al calor del secador, y nuestro pelo se dañará mucho menos.
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