¿Es cuestión de genética que las pieles maduras sigan viéndose sanas y jóvenes durante años y años? Tan importante como elegir un producto adecuado según nuestras necesidades y tipo de piel, es aplicarlo con los movimientos adecuados, ejerciendo la presión correcta, y en la dirección necesaria. Sí, hablamos de los masajes faciales y la importancia que tienen a la hora de preservar la salud y la belleza de la piel. Pero estos protocolos, además, tiene otros muchos beneficios a nivel mental. Hoy queremos hablar de uno en concreto: el masaje Kobido.
¿Qué es el masaje Kobido?
No lo decimos nosotros. El masaje cráneo facial era una práctica que empleaban los antiguos Samurái para relajar la mente y el cuerpo después de sus batallas. Pero no solo eso. Además, se convirtió en uno de los tratamientos favoritos de las emperatrices japonesas porque conseguía mantener su rostro joven y su piel tersa. Hablamos del lifting facial japonés o masaje Kobido, una técnica japonesa perfeccionada a lo largo de siglos útil no solo para reducir los síntomas del envejecimiento y mejorar la apariencia de nuestra piel, también para relajar nuestra mente y restaurar el ánimo. Pero, ¿cómo lo consigue?
El masaje Kobido utiliza maniobras del masaje en profundidad para relajar la musculatura, así como movimientos sobre los puntos neurosensioriales para activar los meridianos energéticos. Como resultado, la circulación sanguínea, la linfáticas y los nervios faciales se estimulan y, finalmente, se activan las células de nuestra piel para producir más colágeno y elastina.
La técnica del masaje cráneo facial es una terapia que forma parte de muchas culturas por conseguir aliviar dolores de cabeza y relajar la mente humana por completo. Y es que el Kobido reduce la tensión y consigue que los músculos del cráneo, la cara y el cuello se destenses, de manera que desaparezcan las contracturas de todo el busto. Se trata de un protocolo que, por otro lado, se adapta a las necesidades del paciente, tanto en lo que tiene que ver con su piel como en lo que tiene que ver con sus hábitos, ya que no todos acumulamos tensión en los mismos puntos.
Para conocer más en profundidad las ventajas de esta técnica, hemos ido a probarla a The Secret Lab y nuestras experiencia no ha podido ser más placentera.
Firmeza, luminosidad y bienestar
The Secret Lab acaba de presentar The Secret Japan, un sofisticado tratamiento que recurre a la reflexología facial, la digitopresión con palillos orientales, los rodillos de jade y la aromaterapia para realajar la cara, la mente y el cuerpo, restaurando, además, nuestra energía. ¿Se puede pedir más? Te contamos en qué consiste.
Se trata de un momento para ti, por lo que se cuida mucho la ambientación de la cabina: música tranquila (a elegir por el paciente), temperatura agradable, una camilla acondicionada con toallas y mantas y un aroma delicioso. Todo invita a relajación.
Para comenzar, la especialista nos da a elegir entre cuatro tipos de aceites esenciales con propiedades energéticas, antioxidantes y descontracturantes. La paciente escogerá uno de entre estos aromas y esa será la esencia con la que se trabajará durante todo el protocolo, que incluye limpieza, exfoliación, aplicación de tónico, masaje, mascarilla y loción hidratante. Las mezclas de este aceite con el resto de ingredientes se realizan en el momento, ya que se trata de un ritual personalizado.
Técnica Kobido paso a paso
El primer paso del protocolo Kobido consiste en la limpieza del rostro, un paso previo con el que se eliminan todas las impurezas. Una vez realizada, se aplica un gel exfoliante de textura suave y aroma exquisito elaborado a base de polvo de arroz, extracto de bambú y aceite, que se aplica en rostro, cuello y escote. Para sanar y rehidratar la piel, se aplicará a continuación un tónico equilibrante del pH.
Con el mismo aceite que escogimos, se nos realiza un masaje relajante de rostro, cuello y busto para después llevar a cabo las maniobras del lifting facial japonés. En esta fase, la especialista en Kobido trabajará los puntos de digitopresión con sus manos y con paillos por todo el busto, fase que concluye con la aplicación de los rodillos de jade. Te avisamos: si no los has probado todavía, esta es la mejor ocasión.
Para sanar, hidratar y reparar la piel y antes de que finalice el tratamiento, se aplica en todo el rostro a excepción de los labios, una mascarilla que se adaptará a tu tipo de piel y que se deja reposar sobre el rostro, aproximadamente, quince minutos. Mientras, la especilista realizará un suave masaje con el mismo aceite en manos, brazos y hombros, lo que te aseguramos te proporcionará una sensación muy similar a estar flotando.
Para finalizar el protocolo, se retira la mascarilla y se aplica una crema hidratante con suaves movimientos que refrescan nuestro rostro y reactivan la circulación. Si te decides por probarlo, te aseguramos que la sensación final será que la terapia ha durado treinta o cuarenta minutos, pero lo cierto es que todo el protocolo dura alrededor de unos noventa. Ya sabes, las cosas buenas pasan volando. Y aun así, te aseguramos que te costará levantarte y puede que hasta se te haya olvidado dónde estabas. ¿Te animas?
LETTER
Te puede interesar...
Deshazte de las arrugas: 5 tips para una frente lisa
¡El aceite de argán es excelente! Pero, ¿cómo lo uso?
¿Tienes una cita? La vitamina C puede ayudarte a estar radiante
Yesoterapia: una nueva forma de combatir la celulitis