Siempre hemos oído decir que la naturaleza es caprichosa y cuando vemos casos como el de las mellizas Aylmer, nos damos cuenta de que no se trata solo de una frase hecha. Lucy es una joven de piel muy blanca, pecas, pelirroja y con los ojos azules. María, por su parte, tiene el pelo negro muy rizado, la tez mulata y unos profundos ojos negros. Dos jóvenes de 18 años de lo más común, si no fuese porque son mellizas. Increíble, ¿verdad?
De padre blanco y madre mulata, cada una de las niñas de la pareja heredó los rasgos de un progenitor, totalmente opuestos entre sí. Las jóvenes tienen otros tres hermanos mayores con diferentes tonos de piel pero son ellas, paradójicamente, las más diferentes de la familia.
Y es que, a veces, la genética nos sorprende con estas historias. Y es que, por sorprenderte que nos resulte, existe una probabilidad de un 30% de que se den este tipo de casos. ¿Te lo imaginabas?
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