José Manuel Vicente Pardo, director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) ha acuñado el término sisifemia para referirse a la obsesión, derivada de la ambición, la autoexigencia y el perfeccionismo, de querer hacerlo todo bien en el entorno laboral.
¿Qué significa sisifemia?
El término "sisifemia" proviene de la figura mitológica griega de Sísifo, quien fue castigado en el inframundo a realizar una tarea eternamente repetitiva e inútil. El mito de Sísifo es conocido principalmente por un relato del filósofo existencialista Albert Camus, quien lo utilizó para ilustrar su concepto de lo absurdo de la vida humana.
La "sisifemia" se utilizaba ya en la filosofía y la literatura para describir cualquier esfuerzo repetitivo y aparentemente sin sentido o fútil. Se refiere a la sensación de que uno está atrapado en una tarea interminable y sin propósito, similar a la tarea de Sísifo de empujar una roca cuesta arriba solo para verla rodar hacia abajo una y otra vez.
Sisifemia en el entorno laboral
Este trastorno implica una relación insana con el trabajo, por la necesidad de valoración externa, pero también derivada de un mercado muy competitivo. El empleado alarga las horas de trabajo y se somete a jornadas extraordinarias. No duerme bien, reduce su ocio y su círculo social únicamente al entorno laboral. En consecuencia, no rinde como quiere. “Es un bucle. Para compensar, tomamos mucha cafeína, o recurrimos a los ansiolíticos. Nos decimos: Tengo que hacer lo posible, aunque haya dormido mal, por hacerlo perfecto”, dice Vicente.
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Por suerte no todas las personas tienen el mismo riesgo de caer en este bucle ni afecta por igual a todas las profesiones. Esta enfermedad afecta especialmente a profesiones vocacionales, con un alto nivel de exigencia y presión: médicos, consultores financieros, auditores, abogados de grandes despachos, servicios sociales. También se da en cualquier persona que sienta que tiene una única oportunidad de demostrar algo, que acabe de empezar a trabajar en una nueva empresa o un nuevo reto, como un ascenso. Es por eso que los más afectados suelen ser los jóvenes y los becarios, grupo que siente una gran presión y son explotados y mal pagados.