Aunque la falta de capacidad para negarse puede estar asociado a un problema de comunicación asertiva, debido a problemas de confianza o incapacidad de decir las cosas de manera efectiva y respetuosa, es importante reconocer que en el entorno laboral también hay que poner límites para mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y profesional.
¿Cuándo puedo decir ‘No’?
1. Podemos negarnos cuando la carga de trabajo que tenemos ya es demasiado elevada y las nuevas asignaciones van a impedirnos realizar el trabajo de manera efectiva. Este caso puede ser de los más complicados, ya que vivimos en una cultura del trabajo que valora que siempre estemos disponibles y que se cumpla todo sin cuestionar al jefe.
2. Otra de las posibles situaciones es cuando recibimos un encargo fuera de nuestras capacidades, ya que no hemos sido cualificados y la calidad del resultado podría no ser la esperada. En vez de negarnos a hacerlo, también podemos solicitar ayuda o un entrenamiento para capacitarnos y poder realizar la tarea de manera exitosa. Siempre puedes enfocarlo de esta manera, mostrando tu deseo de aprender y formarte mientras que no deseas perjudicar a la empresa con un trabajo de mala calidad.
3. Cuando la tarea que te tratan de asignar puede resultar peligrosa para tu salud o tu seguridad. Por ejemplo si no te proporcionan el equipo de protección adecuado o te piden realizar acciones que puedan suponer daño físico o emocional.
4. Si te piden que realices alguna acción que viola ciertas políticas o normas éticas, ya sean de la empresa o propias. No pueden exigirte que te involucres en actos fraudulentos, discriminación, acoso o cualquier otra actividad ilegal o inmoral.
5. Por último es importante negarse cuando la tarea supone un conflicto de intereses o entra en conflicto con tus valores personales. Por ejemplo, si se te solicita tomar medidas que afecten negativamente a un cliente con el que tienes una relación personal, puedes negarte a actuar y es recomendable explicar claramente que se debe a un conflicto de intereses y no a otras causas.
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¿Cómo lo hago?
Lo más importante es ser claro y directo, ofrecer una explicación razonable y, si es posible, una alternativa o posibles soluciones. Es importante tener una conversación abierta con tu supervisor y llegado el caso siempre puedes acudir a un representante de recursos humanos para que te ayude.