Dicen que la edad no perdona. El problema es cuando son nuestros hábitos los que nos hacen parecer más mayores o envejecer más deprisa.
Sin duda, nuestros hábitos dicen mucho de nosotras. Más de lo pensamos, y es a partir de los 60 cuando empiezan a ser más visibles en el cuerpo y en el organismo en general.
Esto es lo que se conoce como el envejecimiento prematuro. Es decir, aparte del paso del tiempo, los hábitos de las personas pueden influir notablemente en la esperanza de vida, en la apariencia de la piel, en las capacidades físicas o mentales.
Pero, ¿de qué hábitos estamos hablando? ¡Sal ahora mismo de dudas!
Dormir poco
Ojo con dormir menos de 7-8 horas diarias. El hecho de dormir poco hace que nos salgan más arrugas y bolsas en los ojos, aparte de que afecta también a la circulación. Si quieres envejecer bien y que no se te echen los años, trata de dormir al menos el tiempo recomendado cada noche. Si tienes insomnio o no consigues pegar ojo busca ayuda.
Y esto no es todo, porque dormir mal también provoca las llamadas arrugas del sueño. Unas arruguitas que te pueden aparecer de manera prematura si aplastas la cara contra la almohada. Mejor dormir boca arriba.
Pasarte con el azúcar
El azúcar no es bueno a ninguna edad y debes sustituiro en la medida de lo posible. Puede contribuir a que la piel pierda elasticidad y te salgan más arrugas, además de aumentar la probabilidad de sufrir una enfermedad cardíaca. Por eso es importante limitar su consumo o sustituirlo por opciones naturales, como la miel. Recuerda que tampoco es bueno abusar de la sal.
No usar protección solar
Desde Enfemenino siempre te insistimos en la importancia de usar protector solar a diario en el rostro. Mejor SPF50. También en invierno, aunque ahí puedes bajar a 30.
El estrés
Dicen que el estrés es la gran enfermedad del siglo XXI. El problema, es que el cortisol es una hormona que acelera el envejecimiento, por eso debes controlarlo en la medida de lo posible. Aunque sabemos que es muy difícil eliminarlo (porque en muchas ocasiones son los demás los que nos generan estrés), puedes tratar de mitigarlo practicando meditación, mindfulness u otros ejercicios como pilates.
Beber poca agua
Seguro que has oído miles de veces que tienes que beber agua. ¡Así es! El agua ayuda a hidratar tu piel y purifica tu cuerpo, por eso es recomendable tratar de beber al menos 8 vasos diarios. Unos 2 o 2,5 l al día. Si te cuesta beber agua, trata de beber tés u otras bebidas que te gusten (evitando preferiblemente la cafeína, que si te pasas te puede generar nerviosismo o taquicardia y empeorar el estrés).
El sedentarismo
Sí, no hacer nada envejece. Si no te mueves al menos 30 minutos diarios estarás contribuyendo a un envejecimiento prematuro de los músculos, huesos y articulaciones, por no hablar de que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Recuerda tratar de caminar un rato al día e incorporar algún ejercicio de fuerza, lo notarás.
Rascarte los ojos
Este hábito parece totalmente inofensivo, pero es un peligro para tu piel. Aunque te piquen los ojos o la zona de los párpados, es importante que no frotes con fuerza, dado que esa zona es muy delicada y puedes resecarla en exceso. Es una zona muy sensible y debes cuidarla, hidratándola diariamente.
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¡Mejora estos hábitos y verás cómo lo notas al cumplir años! ¿Cuál te ha sorprendido más?