Tener un nombre extraño o poco corriente puede ser una ventaja. El simple hecho de llamarte de un modo poco frecuente ya te hace única, fácil de encontrar en las redes sociales y, además, te suelen recordar con facilidad (una vez la gente ha aprendido, por fin, a pronunciar bien tu nombre). De hecho, según un estudio impulsado por Barceló Signio, el 56,2% de los jóvenes asocia tener un nombre único como algo positivo, capaz de marcar la personalidad e incluso de resultar más interesante a quien lo tiene. El 11,8% confiesa que le gustaría tener un nombre único, el 21,8% le pondría a su hijo un nombre poco común, pero solo el 6’3% cambiaría su nombre por uno menos corriente.
Sin embargo, a veces también tiene su parte mala...
Si quieres que tu hijo tenga un nombre más corriente que el que has tenido tú, aunque sea porque se haya puesto de moda por algún famoso, aquí te dejamos algunas ideas con las que inspirarte.
1. Repetir tu nombre más que un disco rayado cuando conoces a alguien
Sí, conocer a alguien por primera vez es un momento que deseas que pase lo más rápido posible y del que, en lo más hondo de ti, quieres escapar. Tener que decir tu nombre y escuchar acto seguido "¿cómo?" ya es parte de la rutina de presentación. Y llegado este punto, te has aprendido tu discurso con algún que otro consejo para que pronuncie bien tu nombre.
"Es leviOsa, no leviosaR".
2. Que intenten pronunciar bien tu nombre, no lo consigan y te llamen cualquier cosa en su lugar
Lo intenta una, dos y tres veces, pero nada; no hay manera de que digan bien tu nombre. Al final, optan por dirigirse a ti de cualquier otra forma y tú así:
"Ese no es mi nombre".
3. Sabes que intentar corregir a alguien por teléfono es un error
Llamar por teléfono a alguien que no conoces y presentarte es una odisea. Llega el temido momento de dar tu nombre, tener que corregir cuando se pronuncia mal y tener que explicar el origen de tu nombre y la razón por la que te lo pusieron. Es entonces cuando desearías haberte llamado María.
"Sabía que este no iba a ser un buen día".
4. Un profundo conocimiento del alfabeto fonético es clave
Ahorra mucho tiempo, esfuerzo, y mantiene tu salud mental a salvo.
5. Todo el mundo asume que te suelen llamar de otra manera
No, la verdad es que me llaman así. Sí, todo el mundo. No, ni diminutivo ni mote... Y fin de la conversación.
"Di mi nombre".
6. Terminarán por ponerte un mote
Lógicamente, un mote no es la solución cuando todos tus amigos terminan por olvidar cómo te llamas en realidad. Ese mote te perseguirá de por vida y tu nombre te sonará extraño incluso a ti misma.
"Vuelve a recordármelo. ¿Cómo te llamas en realidad?".
7. Todos dan por sentado que tus padres son un poco raros
¿Y por qué dices que te pusieron tus padres ese nombre? Aaahh... Qué originales, ¿no?
8. El miedo a que te pongan un nombre equivocado en los documentos oficiales
Ceremonias de graduación, carné de conducir, pasaporte... El temor a que tu nombre te cause problemas porque alguien lo escriba mal en algún papel importante siempre está presente.
"Me arruinaste la vida".
9. Las latas de refresco personalizadas...
Felicidades a todas aquellas con nombres corrientes. Disfrutad de vuestra lata de refresco personalizada con vuestro nombre. Nosotras, las de los nombres raros, estaremos bebiendo de unas en las que pone "una amiga".
10. Souvenirs con tu nombre...
Ni soñarlo. Es lo que a toda abuela le encantaría traerle a su nieta cuando se va de viaje, un regalito con su nombre (la típica camiseta, por ejemplo), pero va a ser que el tuyo precisamente no está. Ahí es cuando tu abuela se lleva las manos a la cabeza y se pregunta por qué no te pusieron su nombre.
11. Los motes en el colegio fueron muy crueles
Igual de originales que tu nombre fueron los motes que te pusieron en el colegio. Esos niños gamberros... No bastaba con que tu nombre fuese raro, ¡encima también el mote!
12. Enterarte de que, de pronto, el bebé de alguna famosa se llama igual que tú
Sí, resulta que hay otra personita en el mundo que ha sido bendecida con tu nombre y, de repente, causa furor porque sus padres son famosos y excéntricos. Entonces, es cuando a ti te recorre un sentimiento de posesión y quieres gritar a los cuatro vientos que tú llevabas ese nombre primero.
"Ahora soy mejor".
13. Sin denominación de origen, aparentemente
Y buscas y buscas, pero no hay un solo libro en el que aparezca tu nombre con su significado y su origen... ¡Pero tiene que significar algo! ¡Tiene que venir de algún sitio! ¿Cómo narices va a tener sentido mi existencia si no?
"Ya no sé quién soy. Me siento muy perdida".
14. Starbucks... mejor dejar el tema
Sencillamente, has aceptado que nunca, nunca van a lograr escribir tu nombre bien. Al principio era gracioso para subirlo a Instagram, ahora ya juegas a ser otra persona y les dices el primer nombre que se te viene a la mente.
"Lo que sea".
15. Tener un nombre tan largo que parece un trabalenguas
La protagonista de Spy Kids, Carmen Elizabeth Juanita Echo Sky Brava Cortez, es tu heroína y sabe por lo que tienes que pasar.
"Al parecer, ¡puedes cambiarte el nombre por el que tú quieras! Así que pensé que era una oportunidad para ser creativa. Te presento a... ¡Princesa Consuela Banana Hammock!".
Sí, lo sabemos, a veces llevar un nombre único y especial puede resultar un poco duro y complicarte la vida más de la cuenta. Pero, al final, podemos ser igual de felices que el resto, ¿no? Y si todavía lo dudas, descubre con este test cómo de feliz eres con tu vida.
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