Así como en un armario no puede faltar un pantalón vaquero, en una despensa tampoco pueden faltar las semillas. Y es que en los últimos años, estos pequeños granos se han convertido en un básico de la alimentación por sus incontables beneficios para la salud, y de hecho cada vez son más las marcas que comercializan todas sus variedades, como Linwoods. Las semillas de lino, de chía y de cáñamo son algunas de las más saludables y están presentes en la lista de los conocidos como superalimentos. ¿Sabes cuáles más hay? ¡Hoy te presentamos tres que deberías incluir en tu dieta! Aunque hay mucho más...
Semillas de lino
La semilla de lino, también conocida como linaza, se saca de la planta del lino y es una de las fuentes vegetales más ricas en omega 3 de la naturaleza. Las semillas de lino pueden consumirse enteras, aunque de esta forma el cuerpo asimila peor sus nutrientes. Linwoods, por ejemplo, ofrece estas semillas molidas, sin azúcares y libres de transgénicos, de forma que resultan mucho más bioasimilables, y así la absorción de sus vitaminas, minerales y fibra resulta mucho más efectiva. Puedes elegir entre su mezcla con manzana y canela (que además aporta una dosis extra de vitamina C), con nueces y almendras, con semillas de girasol... ¡Están buenísimas!
Las semillas de lino facilitan la digestión y favorecen el tránsito intestinal, aunque sus beneficios no acaban ahí. Sus ácidos grasos ayudan a reducir el colesterol y por lo tanto a mejorar la salud cardiovascular, previenen la diabetes al controlar los niveles de glucosa en sangre, mejoran la calidad e hidratación de la piel y el cabello, ayudan a mantener a raya el estrés... ¡y son afrodisíacas! ¿Necesitas más razones para incluirlas en tu dieta? Aquí tienes algunas ideas para tomarlas. Prueba a incorporarlas a yogures, frutas, ensaladas o cereales.
Semillas de cáñamo
Las semillas de cáñamo sin cáscara, ricas en proteínas, magnesio y hierro, son unas de las semillas más nutritivas del mundo. Estas semillas son también la fuente más rica de grasas poliinsaturadas que se conoce y contienen una perfecta relación de omega 3, 6 y 9 para el cuerpo, por lo que se consideran el extra ideal para llevar una dieta y un estilo de vida saludable.
Debido a su riqueza en ácidos grasos y nutrientes, las semillas de cáñamo ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, fortalecen el sistema inmune y son un potente antioxidante. Además, como contienen mucha fibra, ayudan a regular el tránsito intestinal y a mejorar las digestiones. El cáñamo es una excelente fuente de proteínas alternativa para vegetarianos y veganos y ayuda a reducir el cansancio y la fatiga, por lo que además de en cereales, yogures o ensaladas, si haces deporte es muy recomendable incorporarlo en los batidos de proteínas, en lugar de la tradicional proteína en polvo.
Semillas de chía
Las semillas de chía son probablemente las más conocidas en el mundo de los superalimentos por sus incontables beneficios. La chía, o Salvia hispanica, proviene de la familia de la menta encontrada en México y Sudamérica, y sus semillas presentan o bien un color blanco, o bien uno marrón oscuro. Las semillas no contienen gluten, pero poseen una concentración de nutrientes increíble: cinco veces más de calcio que la leche, tres veces más de hierro que las espinacas, el doble de potasio que un plátano...
Las semillas de chía ayudan a controlar el hambre por su alto poder saciante, ayudan a mantener unos niveles óptimos de hidratación (lo que las convierte en perfectas aliadas de los deportistas), ayudan a bajar de peso, calman el dolor en las articulaciones, protegen de agentes contaminantes, ayudan a eliminar líquidos y toxinas, regulan la flora intestinal y previenen la oxidación celular. Además, por si esto fuera poco, las semillas de chía tienen un agradable sabor a nuez que las convierte en un complemento perfecto para muchos platos. ¡Aquí tienes algunas ideas para incluirlas en tu dieta!
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Fuentes en el estudio "Semillas: para una dieta con valor añadido"
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