Un secuestro de una semana y muchos cabos sueltos han llevado a la policía italiana a dudar de la veracidad de las palabras de la popular modelo británica Chloe Ayling. Sus más de 220.000 seguidores en Instagram vivieron con angustia la ausencia de la joven de 20 años durante una semana del pasado mes de julio. ¿La razón? Al parecer habría sido secuestrada.
Según ella misma relató, todo comenzó cuando viajó a Milán para una sesión de fotos. Después de llegar a la estación central de la ciudad italiana, un hombre con el rostro cubierto y guantes, la sujetó violentamente y le tapó la boca. Al parecer también le podría haber inyectado alguna sustancia ilegal para que la modelo perdiese el conocimiento. Tras esto, un viaje en coche a un pueblo a dos horas de la ciudad.
© instagram chloeayling
Según señala Chloe, cuando pudo despertarse estaba desnuda, con la boca tapada, las muñecas y tobillos atados y apenas podía respirar. Después de una semana en estas condiciones, la joven fue liberada cerca del Consulado británico en Milán. Tras su aparición, la policía italiana barajó que hubiese sido un secuestro relacionado con la trata de personas o un intento de extorsión a la familia de la joven.
Aunque en un primer momento, los agentes detuvieron a un hombre de origen polaco como posible secuestrador y afirmaron que podría pertenecer a una red de trata de blancas, ahora la policía trabaja en la hipótesis de que todo haya sido un montaje de la propia modelo. El abogado de la joven ha reiterado la veracidad del secuestro pero algunos testigos dicen haber visto a secuestrador y secuestrada paseando juntos por las calles de Milán.
Si realmente todo hubiese sido un invento urdido por los dos protagonistas de la desaparición, la intención es aún más impactante que el hecho: exigirle al representante de la modelo 300.000 dólares por su rescate. Una cifra que, como es obvio, se repartirían entre la modelo y el supuesto secuestrador.
Ante un problema social tan serio como es la trata de personas parece increíble que haya quienes se atrevan a jugar con una lacra como esta.
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