Desde 1979, fecha en que se produjo la Revolución Islámica, las mujeres iraníes tienen prohibido el acceso a eventos deportivos masculinos. Una norma que levanta ampollas en el país y contra la que luchan cada día más mujeres. Darya Safai es una de ellas. Esta activista nacida en Teherán y residente en Bélgica decidió viajar a Río para sacar su pancarta reivindicativa en cada partido que jugase la selección iraní de voleybol, deporte también vetado desde el 2012 al público femenino de Irán. Dicho y hecho: el sábado pasado Safai se presentó en el Maracanazinho, donde Irán y Egipto disputaban uno de los partidos, con las mejillas pintadas con los colores de la bandera de su país y mostrando una gran pancarta en la que se podía leer Let Iranian Women Enter Their Stadiums.
Varios empleados de seguridad se acercaron a ella enseguida, puesto que el Comité Olímpico Internacional prohíbe cualquier reivindicación política durante los Juegos, tanto a los deportistas como a los espectadores. Le advirtieron de que, si no se deshacía de la pancarta, tendría que abandonar el recinto. La activista se negó una y otra vez hasta que el personal de seguridad tuvo que desistir. Safai logró quedarse durante todo el partido con su pancarta ya que, según explicaron después los trabajadores, "No había problema mientras estuviese sentada en su sitio y no tapase visualmente a los que estaban en la fila de atrás".
"El mío es un mensaje positivo y quiero que lo vea todo el mundo para que se sepa que las mujeres iraníes no pueden acceder a los estadios”, explicó la activista al diario El País. "Todo el mundo debería tener el derecho de asistir a una competición deportiva y animar a su equipo nacional. Es mi derecho estar aquí y un derecho básico de todas las mujeres iraníes cuya voz se silencia”, afirmó.
Ella misma fue encarcelada en Irán en el año 2000 por haberse manifestado contra el Gobierno. Y no es el único caso, pues hace dos años, Ghoncheh Ghavami, una británica de origen iraní, también fue detenida por haber asistido a un partido de voleibol masculino. Algo que las autoridades consideraron como "propaganda contra el Estado". Ghavami tuvo que pasar cinco meses en prisión.
"El deporte genera una gran cantidad de energía y espero que el COI la utilice para luchar contra la discriminación de género. Entiendo que el espíritu olímpico también es eso”, comentaba Safai al mismo diario. Este lunes, la activista volvió a cumplir su misión: se sentó en primera fila con su su pancarta durante el partido de Irán - Rusia.
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