Últimamente la actriz ha sido noticia por los diferentes rumores que se han creado entorno a su vida personal, como el de la crisis que supuestamente vive su matrimonio con Brad Pitt o la notable delgadez que se aprecia en su físico. Pero hoy queremos centrarnos en algo que consideramos más importante: la labor que realiza Angelina Jolie como embajadora de Naciones Unidas. La intérprete viajó hasta Jordania para visitar el campamento de Azraq, situado en mitad del desierto, donde residen miles de refugiados sirios. Allí pudo hablar con las familias, conocer las condiciones en las que viven, ser consciente de sus problemas y denunciarlos públicamente en un discurso que dirigió a los principales mandatarios mundiales.
Resulta prácticamente imposible hacerse una idea de lo que los últimos cinco años han significado en la vida de los refugiados en Jordania y en otras partes de la región. Aquí hay niños que no recuerdan otra vida que no sea esta, rodeados de las duras condiciones del desierto y de las vallas de alambre.
Esta mañana he conocido a una familia que huyó del Daesh en Raqqa. Han tenido que mudarse veinte veces para intentar encontrar un lugar seguro dentro de Siria. Durante ese tiempo, la madre ha sufrido repetidos abortos. Sus dos hermanos y una hermana han sido asesinados en los bombardeos.
75.000 sirios han sido abandonados en tierra de nadie, incluyendo niños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades graves. Este no es un problema que corresponda a Jordania ni que tengan que resolver ellos solos. La brecha entre nuestras responsabilidades y nuestras acciones nunca ha sido tan grande. Por tanto, mi mensaje para los líderes mundiales de cara la próxima cumbre que se celebrará en la Asamblea General de la ONU, es pedirles que centren su debate en averiguar cuáles son las raíces de la causa que provoca el conflicto sirio y qué se necesita para ponerle fin.
La actriz también hizo hincapié en la importancia de la ayuda humanitaria: "La financiación salva vidas y es tan apreciada como necesaria, pero seamos claros: lo que los cooperantes esperan es lo que se prometió en la última cumbre". Es decir, una solución política a esta grave situación.
La guerra siria no solo ha provocado una de las mayores crisis migratorias de la historia, también se ha cobrado innumerables vidas humanas. A día de hoy, 4,8 millones de personas se han convertido en refugiadas, han tenido que abandonar sus casas y buscar amparo en países vecinos como Líbano, Jordania, Irak, Turquía o Egipto, donde soportan unas duras condiciones de vida mientras esperan que, algún día, llegue una solución.
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