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5 actitudes infalibles para calmar la rabieta de un niño al momento, según un psicólogo (y te van a sorprender)

por Estefanía Grijota ,
5 actitudes infalibles para calmar la rabieta de un niño al momento, según un psicólogo (y te van a sorprender)© shutterstock_2125061189

¿Cómo podemos transformar la reactividad en confianza en nosotros mismos en plena rabieta de un niño?

Las pataletas y las rabietas en un niño es algo bastante común. Los más pequeños se enfrentan a una gran variedad de factores emocionales de los que no cuentan aún con las herramientas necesarias para expresar sus emociones adecuadamente, por lo que gritar, enfadarse o no parar de llorar son formas comunes de demostrarlo.

Así, por ejemplo, cuando no pueden obtener lo que quieren o cuando se sienten limitados o no les hacen caso, pueden frustrarse, pelearse y ¡explotar en una rabieta! Cuando son más pequeños, el cansancio o el hambre suelen ser los desencadenantes más comunes, pero según se hacen mayores, si se sienten demasiado controlados o no se les permite tomar decisiones, también pueden reaccionar con rabietas.

El reconocido psicólogo y coach Jeffrey Bernstein, padre y autor de varios libros sobre crianza, asegura que el método de calmar a los niños en momentos tensos se basa en principios que fomentan la comprensión y la amabilidad hacia el menor.

1. Controla tus emociones

“Si tu hijo está en plena rabieta, tu primer instinto puede ser el de reaccionar con frustración”, dice. Sin embargo, el hecho tan simple de respirar antes de hablar puede marcar la diferencia. “Cuando regulas los nervios, también ayudas a tu hijo a que se tranquilice, así siempre es más probable que siga tu ejemplo si demuestras que estás tranquilo”. Una forma de demostrar que eres un gran padre.

2. Muéstrale empatía en todo momento

Reaccionar con frases empáticas puede ayudarlo a sentirse aún más comprendido. Según este experto, puedes probar a decir: “Esto parece difícil para ti en este momento, y está bien”.
En el libro “10 días para un niño menos desafiante”, el psicólogo hace hincapié en la importancia de la empatía para calmar las emociones intensas, sobre todo, resulta muy eficaz para tratar a niños más mayores, quienes se sienten ya más adultos y agradecen que sus padres les tomen en serio.

“Los niños que se sienten validados tienen más probabilidades de calmarse y menos probabilidades de recurrir a la rebeldía en el futuro”.

3. Sé coherente

Reforzar mensajes para que tu hijo sienta que estás de su lado hará que haya más probabilidades de que confíe en ti. “Cuanto más a menudo lo escuche, más probabilidades habrá de que se sienta fuera de control y, de esta manera, cuando estas respuestas son siempre constantes y tranquilas demuestran coherencia, pueden transformar las reacciones de un niño y hacer que las rabietas sean menos frecuentes e intensas.

4. Fomentar la comunicación después de la rabieta

Este experto recomienda probar algunas de las siguientes frases como estrategia de afrontamiento en futuras pataletas: “¿Te gustaría contarme qué fue lo que te resultó tan difícil?". Para niños mayores recomienda decir: "Cuando te sientas así de nuevo, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?" Los niños sabrán que estás ahí para ayudarle en todo momento,

5. Tener paciencia y practicar

Adoptar medidas en base a la calma, la empatía y la escucha les brinda una sensación de seguridad, validación y una conexión que lo ayuda a sentirse visto.” Cuando un niño se siente atendido y visto, no necesita actuar con tanta intensidad para ser escuchado”, concluye.

En definitiva, permitir que los niños reflexionen y traten de entender qué les ha ocurrido después de una rabieta les demuestra que pueden comunicarse, que se pueden expresar, incluso, después de haber experimentado emociones tan intensas.











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5 actitudes muy eficaces para calmar la rabieta de un niño

El reconocido psicólogo y coach Jeffrey Bernstein, padre y autor de varios libros sobre crianza, asegura que el método de calmar a los niños en momentos tensos se basa en principios que fomentan la comprensión y la amabilidad hacia el menor.

1. Controla tus emociones

“Si tu hijo está en plena rabieta, tu primer instinto puede ser el de reaccionar con frustración”, dice. Sin embargo, el hecho tan simple de respirar antes de hablar puede marcar la diferencia. “Cuando regulas los nervios, también ayudas a tu hijo a que se tranquilice, así siempre es más probable que siga tu ejemplo si demuestras que estás tranquilo”. Una forma de demostrar que eres un gran padre.

2. Muéstrale empatía en todo momento

Reaccionar con frases empáticas puede ayudarlo a sentirse aún más comprendido. Según este experto, puedes probar a decir: “Esto parece difícil para ti en este momento, y está bien”.
En el libro “10 días para un niño menos desafiante”, el psicólogo hace hincapié en la importancia de la empatía para calmar las emociones intensas, sobre todo, resulta muy eficaz para tratar a niños más mayores, quienes se sienten ya más adultos y agradecen que sus padres les tomen en serio.

“Los niños que se sienten validados tienen más probabilidades de calmarse y menos probabilidades de recurrir a la rebeldía en el futuro”.

3. Sé coherente

Reforzar mensajes para que tu hijo sienta que estás de su lado hará que haya más probabilidades de que confíe en ti. “Cuanto más a menudo lo escuche, más probabilidades habrá de que se sienta fuera de control y, de esta manera, cuando estas respuestas son siempre constantes y tranquilas demuestran coherencia, pueden transformar las reacciones de un niño y hacer que las rabietas sean menos frecuentes e intensas.

4. Fomentar la comunicación después de la rabieta

Este experto recomienda probar algunas de las siguientes frases como estrategia de afrontamiento en futuras pataletas: “¿Te gustaría contarme qué fue lo que te resultó tan difícil?". Para niños mayores recomienda decir: "Cuando te sientas así de nuevo, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?" Los niños sabrán que estás ahí para ayudarle en todo momento,

5. Tener paciencia y practicar

Adoptar medidas en base a la calma, la empatía y la escucha les brinda una sensación de seguridad, validación y una conexión que lo ayuda a sentirse visto.” Cuando un niño se siente atendido y visto, no necesita actuar con tanta intensidad para ser escuchado”, concluye.

En definitiva, permitir que los niños reflexionen y traten de entender qué les ha ocurrido después de una rabieta les demuestra que pueden comunicarse, que se pueden expresar, incluso, después de haber experimentado emociones tan intensas.











Estefanía Grijota
Redactora en enfemenino.com
Estefanía Grijota es experta en espiritualidad, registros akáshicos y terapias energéticas, con una profunda dedicación a guiar a las mujeres en su camino de autoconocimiento y crecimiento personal. Además de …
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