Un dato que probablemente desconozcas es que la diabetes es la novena causa de mortalidad entre las mujeres a nivel mundial. No se trata por tanto de una enfermedad que haya que tomarse a la ligera. En el caso de las mujeres embarazadas, además, se ha descubierto que existe una fuerte correlación entre diabetes y partos prematuros, por lo que si ya de por sí es necesario prestar atención a la diabetes en circunstancias normales, mucho más cuando la mujer está en proceso de gestación.
Hoy vamos a conocer algo más acerca de la diabetes gestacional, una enfermedad consistente en elevados niveles de glucosa en la sangre que se desarrolla durante el embarazo y que puede afectar tanto a la salud de la madre como al desarrollo del bebé.
Consecuencias de la diabetes gestacional
Se considera por tanto diabetes gestacional aquella que se diagnostica cuando la mujer está embarazada. Y puesto que cada vez las mujeres son madres a edad más tardía, y las tasas de obesidad van en aumento, estos factores ayudan a que la diabetes gestacional haya ido creciendo de forma peligrosa.
Dar a luz con anterioridad a la semana 37 de embarazo es lo que se considera parto prematuro, y los estudios acerca de la diabetes gestacional muestran que las mujeres que la padecen son mucho más propensas a estos partos anticipados. En estos casos la mortalidad del recién nacido se dispara en relación a los partos que tienen lugar en el plazo normal, pero además existen pruebas de que otro tipo de patologías también son causadas por esta enfermedad y pueden tener consecuencias sobre la salud del bebé.
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Prevención
Para considerar que los niveles de azúcar en sangre son indicativos de diabetes la glucosa plasmática en ayunas debe presentar cifras mayores a los 126 mg/dl . Sin embargo, en el rango entre 100 y 125 mg/dl ya podríamos hablar de pre-diabetes, o lo que es lo mismo, una condición que es necesario vigilar para que no vaya a más.
Por consiguiente, cualquier mujer embarazada que presente esos niveles debe de inmediato tomar medidas preventivas que eviten cualquier posible problema en el embarazo que pueda provocar un parto prematuro.
El control de peso por medio de una alimentación sana y actividad física razonable y ajustada a su situación son imprescindibles en este sentido. Así pues, hay que tener cuidado con los antojos y con el descontrol alimentario durante la gestación para evitar que se llegue a una situación que altere el normal desarrollo del embarazo o que pueda derivar en problemas de salud para el bebé.
