Las redes sociales forman una parte de central de la vida de muchas personas, hasta el punto de que estar ausente de ellas puede provocarles ansiedad. Aunque en un principio nacieran con el propósito de ayudarnos a compartir ideas o pensamientos, o conectar con otros, esa idea inicial se ha visto superada ampliamente, y hoy en día podemos afirmar que hay quienes no pueden vivir sin interactuar con las redes sociales.
La comunicación interpersonal ha ido perdiendo terreno para cederlo a la comunicación virtual. Todo lo que hacemos o lo que pensamos tiene reflejo en ellas, y al haberse convertido en una extensión de nuestra propia vida, parece que no expresarnos a través de redes supone no existir. El anonimato. La exclusión social.
El FOMO, un tipo de ansiedad social
A partir de una idea como esta, no es extraño que se desarrollen patologías relacionadas con la ansiedad cuando se tiene la sensación de no tener suficiente presencia o interacción en redes. El FOMO (acrónimo de Fear Of Missing Out) es una de ellas.
El FOMO consiste básicamente en el miedo a perderse lo que está sucediendo en el mundo virtual. Dado que estas personas pasan la mayor parte de su tiempo en redes y muchas de sus amistades se encuentran allí, el permanecer ausente y no estar al tanto de lo que se publica les genera una sensación de angustia.
Pero este problema va aún más allá. Estas personas necesitan compartir absolutamente todo lo que hacen a través de las redes para sentirse bien.Es decir, la vivencia de experiencias reales no es suficiente para ellas. Sin la posibilidad de documentarlas y exponerlas a través de internet, sienten que les falta algo.
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La ilusión de una vida idílica
En cierto modo esta necesidad se deriva de su distorsionada percepción del mundo. Acostumbrados a pasar sus horas navegando en Instagram, donde todo el mundo muestra sus momentos más especiales, sienten que necesitan exponer ante los demás que ellos también tienen una vida ideal. Por eso, cuando no tienen cerca su móvil, o no pueden conectarse a internet para publicar sus “highlights”, tienen la sensación de sentirse aislados.
El FOMO puede llegar a ser un problema cuando genera elevados niveles de estrés. Por lo general lo padecen personas con baja autoestima que necesitan sentir la aprobación ajena, y que ante una situación en la que no pueden obtenerla, padecen un sufrimiento que va más allá de lo razonable.
Si pasas más tiempo en el mundo digital que en el real y estar más de un día desconectada te produce angustia, podrías tener este problema. Reducir tu tiempo de exposición a internet y consultar a un profesional para que te oriente serían los pasos a dar para comenzar a solucionarlo.