Ser optimista es una cualidad deseable, el problema surge cuando tratamos de deformar la realidad para generar un estado de falsa felicidad cuando no es posible. Intentar convencerse de que nada va mal y ver literalmente siempre el lado bueno de las cosas (aunque no exista) es lo que se denomina positividad tóxica.
Postividad tóxica o psicología positiva
Un escritor estadounidense llamado Mark Manson, publicó su superventas The subtle art of not giving a f*ck (2018). En el libro expone «Cualquier intento de escapar de lo negativo -evitarlo, sofocarlo o silenciarlo- fracasa. Evitar el sufrimiento es una forma de sufrimiento. La negación del fracaso es un fracaso». Esa es una buena definición de la denominada positividad tóxica. Imponer una actitud positiva, un estado de felicidad sea cual sea la situación. Obligar a las emociones negativas a desaparecer no es posible, si tapas que te sientes mal vas a sentirte peor y eso no se puede evitar aunque se pretenda frente al resto de la gente que estás estupendamente.
Hay que tener en cuenta que no es lo mismo que la psicología positiva popularizada por Martin Seligman. En ella se intenta mejorar el estado de ánimo tratando de transformar los pensamientos negativos en positivos. La diferencia es que no los ignora, los acepta y trabaja sobre ellos para tratar de mejorarlos. Taparlos o negarlos sería caer en la positividad tóxica.
Consecuencias para la salud
- Aumento de estrés y ansiedad: Ignorar las emociones negativas y aferrarse a la idea de que todo va bien puede desconectarte de la realidad, potencialmente conduciendo a una depresión disimulada.
- Problemas físicos: Mantener una constante tensión para evitar lo negativo puede resultar en problemas musculares.
- Aislamiento: Al construir tu propia realidad positiva, puedes evitar buscar ayuda al pensar que no la necesitas, lo que puede llevarte a acabar solo.
- Comunicación deteriorada: Limitarse a conversaciones positivas e intentar persuadir a los demás para que vean la vida de la misma manera puede conducir a una comunicación fallida.
- Escape de la realidad: Como mencionamos, una persona con positividad tóxica ignora las emociones negativas, creando una realidad alternativa que solo ella conoce.
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El problema con las personas que sufren positividad tóxica es que no se da cuenta. No reconocer el problema complica poder solucionarlo y enfrentarse a él. Cuando estas personas logran reconocer el problema y deciden abrirse a sus amigos es importante escucharles y dejarles que se desahoguen. No es necesario que contestes “todo va a salir bien” cuando alguien está triste, a veces, solo contarlo y reconocerlo es el camino para sanar.