Artículo elaborado en colaboración con Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen
Seguramente habéis leído o escuchado hablar de la permarexia, un término no reconocido por las autoridades sanitarias, con el que se pretende identificar la obsesión por el peso. Quienes sufren permarexia están permanentemente a dieta. Con ayuda de Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen tratamos de aportar más datos sobre este nuevo trastorno de la alimentación.
Vivir contando calorías y/o subido a la báscula se ha convertido en algo más común de lo que sería deseable, ya que ha entrado en el terreno de las obsesiones y se relaciona con los trastornos ligados a la autoestima y a la imagen personal. La preocupación excesiva por cómo nos vemos y por como nos ven los demás se ha multiplicado exponencialmente en la última década por los miles y hasta millones de ojos potenciales que observan a través de las redes sociales.
Esta sobreexposición sitúa en una posición de vulnerabilidad a persona, ya que las dudas, los temores y los miedos al rechazo se multiplican exponencialmente según la pertenencia a distintas redes sociales y las vistas, comentarios y otras interacciones en las mismas.
En este contexto, si no nos sentimos a gusto con nuestro físico, podemos sufrir una importante merma en nuestra autoestima, que es la base de la felicidad. Se barajan aquí tres conceptos fundamentales: el de deseabilidad social, la necesidad de reconocimiento y el miedo al rechazo.
Así, la importancia de sentirnos bien con nuestra apariencia pasa a ser una exigencia para aquellos que den una importancia prioritaria al físico sobre otros aspectos del desarrollo personal, como lo académico, la familia y la pareja.
La obsesión por el peso es peligrosa y debe ser vigilada porque puede ser la antesala de trastornos alimenticios sí reconocidos y desgraciadamente de gran incidencia en jóvenes de ambos sexos. El atracón o los días de ayuno pueden dar paso a la enfermedades como la bulimia y la anorexia. Una autoestima fuerte cimentada desde la infancia es la base para hacer frente a la permarexia y a problemas similares. Asímismo, estos hábitos pueden sernos de ayuda:
- Mantener rutinas de sueño y alimentación regulares y equilibrados.
- Durante el día a día desarrollo de aquellas capacidades y fortalezas que
- nos hacen sentirnos bien.
- Potenciar actividades ya sea de ocio o de responsabilidad que me llevan a
- sentirme bien conmigo misma.
- Pasar tiempo con aquella familia o entorno social que nos hacen sentirnos
- valorados por lo que somos y que nos llevan a querer seguir creciendo a nivel personal.
- Acudir a un profesional de la psicología para que pueda valorar cómo intervenir sobre los aspectos que te preocupan . Dado que tienes que aprender nuevas herramientas que te permitirán gestionar lo que te sucede una manera saludable.
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