En España, alrededor de 400.000 personas enfrentan estos trastornos, siendo más comunes entre niños y adolescentes, especialmente mujeres, con una tasa de riesgo que se eleva entre el 15 y 20%.
Aunque la anorexia y la bulimia son los TCA más conocidos, trastornos emergentes como la ortorexia y la vigorexia también están en aumento. La psicóloga Adriana Esteban, del Instituto Centta, destaca la importancia de comprender estos trastornos y ofrece tres consejos cruciales para apoyar a quienes los enfrentan durante las festividades navideñas.
1. Negociar la estructura:
Planificar las fiestas de manera consciente es esencial para adaptarse a las necesidades de quienes luchan contra un TCA. Permitirles tomar decisiones y tener control sobre su entorno reduce la ansiedad. Preguntarles sobre situaciones incómodas, ofrecer opciones como llevar a un amigo o decidir cuándo retirarse, y tener actividades reguladoras como juegos de mesa o películas, son medidas que pueden marcar la diferencia.
Además, cuestionarse la necesidad de participar en todas las reuniones es crucial. Dependiendo de la dinámica familiar, brindar la opción de asistir a eventos más cómodos para la persona afectada, evitando que se sientan solos, es fundamental. La prioridad debe ser la salud mental, incluso si eso significa renunciar a ciertos rituales familiares.
2. Fomentar la comunicación:
La comunicación abierta y respetuosa es clave para abordar las expectativas y preocupaciones durante las fiestas. Muchas familias evitan hablar de estos temas, pero es esencial que haya un diálogo asertivo. Permitir que las personas afectadas se expresen sobre cómo se sienten, qué les preocupa y cómo desean vivir la Navidad puede reducir miedos y ansiedades.
La ajustada de expectativas es esencial. No esperar más de lo necesario y comprender las necesidades específicas de aquellos con TCA contribuirá a unas fiestas más llevaderas y positivas.
LETTER
3. Facilitar la autorregulación:
Ofrecer seguridad emocional es fundamental. Garantizar que las personas con TCA sepan que pueden recurrir a vínculos seguros, como padres o hermanos, es reconfortante. Dada la tendencia de los pacientes a rumiar y obsesionarse, respetar sus ritmos y tiempos facilita su participación y disfrute en las celebraciones.
Reducir los cambios durante las fiestas contribuye a una gestión emocional más fácil. "Cuantos menos cambios experimentemos durante estas fechas, más fácil será la gestión de nuestras emociones y, como consecuencia, más estables nos encontraremos para poder disfrutar los unos de los otros", concluye Esteban.
En resumen, estas tres claves ofrecen un enfoque comprensivo y apoyo necesario para aquellos que enfrentan los desafíos de los TCA durante las festividades navideñas. La sensibilidad, la empatía y la adaptabilidad son esenciales para crear un entorno acogedor y solidario.