Contenido elaborado por Clínicas Origen
Mantener la calma es la consigna, pero resulta inevitable que el seguimiento diario de la evolución de contagios, con ingresos y hasta con resultado de muerte, produzca una sensación global de tristeza, cuando no de alarma. En este sentido, debemos dejarnos llevar por las consignas de los expertos en cada materia. No podemos controlar la evolución del virus, puesto que no estamos al mando de la crisis, pero sí como afecta a nuestro estado personal y como este repercute en las personas que se encuentran en casa con nosotros o con quienes hablamos por teléfono.
Así pues, el objetivo es mantener la calma para elevar la moral y evitar que la ansiedad nos deprima y nos haga más débiles contra el virus. ¿Cómo?
- Asumiendo y respetando las medidas propuestas por el gobierno de distancia de seguridad, de higiene, de reuniones y contactos sociales.
- Recordando que estas medidas son temporales, que actuamos por el bienestar general, y que esto va a pasar.
- Siendo responsables con nuestro tiempo y quedándonos en casa si no es necesario u obligatorio salir.
De esta manera, no sólo nos tranquilizaremos sino que lograremos subir nuestra moral y encontrarle un sentido al encierro, al ser conscientes de que hacemos lo correcto y al hacerlo ayudamos a toda la sociedad.
Hay que preocuparse y también organizarse, asunto que nos tiene ocupados en estos días, en los que las rutinas se han modificado por completo. Es relevante mantener la higiene, ducharse y vestirse como si se fuera a salir, así como trabajar y comer a la misma hora, además de, y esto es vital, conservar la rutina del sueño: hay que levantarse y acostarse igual que si todo siguiera igual que antes.
Por otro lado, el ocio es muy importante. A las recomendaciones de lectura, cine, series y cultivo de diferentes hobbies que se comparten en la red, desde Origen apuestan por el “ocio de los balcones”, es decir, comunicarse de manera lúdica con los vecinos. Estos son sus beneficios:
- El ocio es un antidepresivo natural, lo que va a ayudar a mantener nuestro estado de ánimo estable.
- Nos hace formar parte de un grupo, del vecindario, generando empatía y responsabilidad hacia todos.
- Nos permite comprobar que no estamos solos, que otras personas también necesitan contacto y nos convertimos para ellos en dicho apoyo.
- Ocupa nuestro tiempo y si lo integramos en nuestras rutinas nos ayuda a afrontar el confinamiento de manera más saludable.
Por eso y, por último , disminuye nuestros niveles de ansiedad, nos calma y relaje. Nos otorga esos minutos diarios de felicidad, tan necesarios en estos momentos.
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