Melocotón, nectarina: ¿cuál es la diferencia?
El melocotón amarillo, blanco o casi violáceo, se caracteriza por la piel aterciopelada y la carne tierna y perfumada. Las nectarinas son de piel lisa, roja, y a veces con manchas amarillas, y con cierto aire a las ciruelas grandes.
Las variedades
Melocotones amarillos
De carne firme, son más resistentes que los melocotones blancos, pero con algo menos de sabor.
Melocotones blancos
Gustosos, se deshacen en boca y son realmente sensibles al tacto.
Melocotones de viña
Muy perfumados y de carne rojiza. Gustan por su característico sabor.
Nectarinas
Originarias de América, son de carne blanca o amarilla y realmente jugosas. Es una fruta que se conserva durante muchísimo más tiempo que el melocotón debido a su firmeza. Aunque suelen ser de hueso libre, el de las amarillentas sí que se adhiere a la pulpa.
¿Cómo elegirlos?
>El melocotón debe estar muy maduro, blando y perfumado.
>La nectarina debe ser de piel lisa, blanda al tacto, sin manchas y con un olor deliciosamente dulce.
>En ambos casos, hay que elegirlos un poco verdes para que sigan envejeciendo a temperatura ambiente. Cuando los veas en el mercado, presta atención: ¿están alineados o unos encima de las otros? Cuando los amontonan se estropean mucho antes.
¿Cómo prepararlos?
Los melocotones siempre hay que pelarlos porque en la piel, vellosa, aterciopelada y sometida a varios tratamientos, suelen aparecer bacterias. En el caso de las nectarinas, hay suficiente con lavarlas bien con agua fría.
A continuación, corta la fruta en dos, quítale el hueso y divídela en láminas o cuartos, según el uso que quieras darle.
¿Cómo conservarlos?
Si no están demasiado maduros, déjalos a temperatura ambiente en un plato porque si los amontonas se pudrirán muy rápido. Si los metes en la nevera, en un par de días se deshidratarán y la carne se volverá harinosa. Otra opción es congelarlos. ¿Cómo? Corta la fruta en dos, quítale el hueso e introdúcela en agua con limón durante un par de minutos. Esto hará que no pierda el color original.
¿Cómo cocinarlos?
Puedes hacer compota o mermelada y añadir un toque de menta, canela o frutos rojos. Los unos con los otros combinan más que bien. Quedan exquisitos gratinados, en pastel de cerezas, en flan o natillas. ¿Has probado el crumble con chocolate y nectarina? En cremas, mousse o sorbetes, el sabor delicadamente perfumado del melocotón es una gran baza. Y no olvidemos los muslos de pollo, el conejo, el magret y las gambas, con los que forman jugosos dúos.
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