En la cocina
El pollo es fácil y rápido de cocinar. Caliente o frío, tiene la ventaja de prepararse y consumirse de distintas maneras. Sólo queda elegir la forma en la que esta ave va a terminar en el plato...
En cazuela
Para obtener una carne con mucho sabor, no hay nada como meter el pollo a la cazuela. Déjalo cocer en su jugo y conseguirás que esté más tierno.
Escalfado
Es suficiente con que llenes una cacerola con un tercio de agua y cuezas el pollo a una temperatura del agua ligeramente inferior a la de ebullición.
A la parrilla
Si te falta tiempo, opta por el pollo a la parrilla. Muy clásico, también es la mejor manera de apreciar este plato.
Asado
Si deseas hacerlo asado, elige un pollo lo suficientemente graso para evitar que la carne se quede seca.
Frito
Para freír o empanar el pollo, opta por los trozos blancos. Conseguirás pequeños nuggets, ¡muy apreciados por los niños!
En sartén
Simplemente pasa la pechuga por la sartén con un poco de mantequilla o de aceite de oliva. Procura que se haga bien la piel para que sea menos grasa.
En caldo de ave
Si tienes restos de pollo en la nevera, acuérdate de hacer un caldo de ave que pegará perfectamente con tus carnes, verduras, salsas...
Bueno saber
Para tener una buena pepitoria, hay que prestar atención a la cocción. Sobre todo, no tiene que estar demasiado hecho ya que corre el riesgo de quedarse seco y perder su ternura. Opta por cocciones a fuego más lento y durante más tiempo de lo que aparezca escrito en tus libros de cocina. De esta forma, la carne cocerá más tiempo, conservará su humedad y se quedará rosada.
¡El pollo en todas sus formas!
¡No sólo del cerdo todo está bueno! El pollo también sabe proponernos diferentes trozos que elegir...
Alas
La mejor manera de cocinarlos es incluso transformarlos en “Chicken Wings” como en Estados Unidos. Para ello, es suficiente con dejar a remojo las alas de pollo en una buena marinada especiada durante varias horas y a continuación meterlas al horno o hacerlas en barbacoa.
Alitas
Con las alitas de pollo, ¡Todo es posible (o casi)! Por ejemplo, puedes adobarlas en jengibre, confitarlas en miel o incluso freirlas. ¡(La decisión es sólo tuya!
Pechuga de pollo
Para todos a los que no le van mucho los “huesos”, da preferencia a las pechugas. En filetes, cortados en dados o simplemente en sartén, son rápidas y fáciles de preparar. ¡Ideal para los que tienen prisa!
Muslos
Los muslos son los trozos más utilizados del pollo en cocina. Triunfarán por tan sólo asarlos en el horno o cocinarlos con una salsa de mostaza.
Entero
Nada igual que un buen pollo de granja, simplemente asado al horno con patatas alrededor. ¡Una delicia para los adeptos al pollo al natural!
Muslitos
En aperitivos o para colmar un poco de hambre, los muslitos de pollo son perfectos. ¡Acompáñalos de una salsa cremosa a la pimienta para realzar el sabor!
¿Cómo congelarlo?
El pollo está bueno pero es incluso mejor cuando podemos hacer algunas reservas y ponerlo previamente en el congelador...
Para congelar un pollo entero o a trozos, es suficiente con que lo coloques en una bolsa para alimentos y le saques todo el aire posible. A continuación haz un nudo fuerte a la bolsa y métela al congelador. De esta manara el pollo podrá conservarse durante varios meses. Si deseas descongelarlo, déjalo durante varias horas en la nevera.
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El cordero