En una exclusiva entrevista con El Mundo, la psicóloga Sara Tarrés, autora del libro 'Mi hijo me cae mal. De los hijos ideales a los hijos reales y cómo aprender a convivir con ellos', aborda un tema tabú en la crianza: el hecho de que, en ocasiones, nuestros propios hijos nos caen mal. Tarrés, madre de dos hijos de 12 y 15 años, destaca la necesidad de no ocultar esos sentimientos, sino más bien identificarlos y buscar soluciones.
Tarrés nos hace reflexionar sobre la diferencia entre la teoría aprendida en la universidad y la realidad de criar a nuestros hijos. Según ella, los seres humanos no pueden ser vistos únicamente como individuos, ya que están influenciados por varios factores, incluyendo la familia, la escuela y el entorno socioeconómico. Un ejemplo claro es cómo abordamos las rabietas de nuestros hijos. A menudo, seguimos la teoría de ignorarlas para que los niños se calmen por sí mismos, pero en la práctica esto no siempre funciona y puede llevar a situaciones de estrés tanto para los padres como para los niños.
El libro de Tarrés desafía la creencia de que la adolescencia es una etapa terrible y peligrosa, proponiendo que los padres cambien su perspectiva. Los adolescentes necesitan comprensión y conexión, y los padres deben alejarse de los estereotipos negativos asociados con esta etapa de la vida. Es fundamental reconocer que los adolescentes son seres humanos en desarrollo que necesitan guía y apoyo.
Sara Tarrés enfatiza la importancia de establecer límites y consecuencias en la crianza, ya que garantizan la integridad física y emocional de los hijos. Además, aboga por un elogio más significativo y genuino en lugar de elogios vacíos y superficiales.
En cuanto a la posibilidad de que los hijos reflejen tanto lo bueno como lo malo de sus padres, Tarrés sugiere que los padres sean conscientes de su influencia en el comportamiento de sus hijos. En última instancia, los padres deben evitar la permisividad excesiva y proporcionar una guía clara.
El libro de Sara Tarrés no se limita a la adolescencia, ya que aborda desafíos en la crianza que pueden surgir en cualquier etapa de la infancia. La clave, según la autora, es reconectar con los hijos a través del esfuerzo diario, mostrándoles afecto y escuchándolos.
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Para los casos en los que la situación se torne inmanejable, Tarrés sugiere buscar la ayuda de profesionales de la terapia familiar. No es necesario esperar a que ocurran situaciones graves; cualquier señal de que la dinámica familiar no está funcionando de la manera deseada puede ser una razón para buscar apoyo profesional.
En definitiva, la crianza es un camino lleno de altibajos, y admitir que nuestros hijos pueden no caernos bien en ciertos momentos es un paso crucial hacia una crianza más saludable y exitosa. La clave está en ser conscientes de nuestros propios sentimientos y trabajar juntos para construir relaciones sólidas y amorosas con nuestros hijos en todas las etapas de su desarrollo.