No existe mejor alimento para los bebés recién nacidos que la leche materna. Su composición aporta a los niños los nutrientes exactos que necesitan para un correcto desarrollo. La OMS y los pediatras recomiendan ofrecérsela a los bebés de manera exclusiva al menos hasta los seis meses. Después, lo ideal sería compaginar las tomas con alimentos sólidos. A lo largo de los años se han ido creando y manteniendo diferentes mitos entorno a la lactancia materna: que engorda, que puede emplearse como un método anticonceptivo o que existen leches que no alimentan bien al bebé, son algunos de los más sonados. ¿Crees que son ciertos? Vamos a desmontar los más comunes:
1. "¿Y si mi leche no alimenta?"
Tranquila: todas la leches maternas alimentan, de hecho, como ya hemos mencionado, no existe un alimento más completo para los bebés gracias a su inigualable contenido en nutrientes, anticuerpos, enzimas y hormonas. Al contrario de lo que puedas pensar, no hay leches que sean "agua". Puede que tu bebé tenga necesidades específicas o que tu, por algún problema, no puedas darle el pecho. En ese caso no te preocupes: lo importante es cuidar de tu salud. Tu hijo puede alimentarse con leche de fórmula adaptada a sus necesidades.
2. "Si mi madre no pudo dar el pecho, yo tampoco lo conseguiré"
Las posibilidades de dar el pecho no se heredan. Al margen de cuestiones de salud, en principio todas las mujeres están perfectamente capacitadas para dar el pecho después del parto. Si tu madre no te lo dio a ti puede que fuese porque no quisiese (algo totalmente respetable) o por alguna cuestión en concreto que se lo impidiese, pero que no tiene por qué afectarte a ti.
3. "Dar el pecho duele"
En este "mito" reside parte de verdad, pues en ocasiones se puede formar una mastitis. Pero, por lo general, si la técnica es la correcta, dar el pecho no duele. Es cierto que los primeros días tras dar a luz pueden sufrirse ciertas molestias, pero para evitar que resulte doloroso y conseguir que la lactancia tenga éxito es fundamental asegurarse de que la postura del bebé al mamar es la adecuada. Así no se producirán grietas y tomará la cantidad que necesita. Aquí tienes algunos consejos para facilitar la lactancia.
4. "No solo duele, también engorda"
Una de las creencias más comunes es creer que dar el pecho al bebé puede hacernos engordar o impedir que perdamos los kilos ganados durante el embarazo. Pero es un error, pues sucede justamente lo contrario: entre los beneficios de la lactancia materna para la madre se incluye el de ayudar a perder peso. Si combinamos la lactancia con una alimentación saludable rica en fibra podremos recuperarnos de manera más fácil.
5. "Hay que tomar muchos lácteos para producir leche"
Ya te adelantamos que poco tiene que ver una cosa con la otra. Para tener leche no hace falta tomar muchos lácteos, ni ningún otro preparado que, en teoría, haga aumentar la cantidad de leche. El pecho materno no actúa como un almacén al que se le pueden agotar sus existencias de leche, sino como una fábrica que produce según se le demanda. La producción de leche depende de que el niño mame con frecuencia y de forma correcta. Está claro que la madre debe alimentarse de forma sana, pero esto es algo recomendable de hacer en cualquier otra etapa de su vida, independientemente de la lactancia.
6. "Dar de mamar estropea el pecho"
La lactancia materna ni estropea el pecho, ni hace que se caiga. En realidad es el embarazo, con los cambios hormonales y de tamaño que afectan a las mamas, lo que puede influir en el aspecto posterior de los senos, pero no dar de mamar. Tampoco es cierto que al dar el pecho se caiga el pelo ni salgan caries; todos ellos son mitos sin base científica. Si tienes dudas, te dejamos con una guía sobre cómo cuidar el pecho antes y después del parto.
7. "No te puedes quedar embarazada dando de mamar"
La lactancia no impide el embarazo. Es cierto que hay mujeres que no ovulan mientras están dando de mamar, pero no ocurre en todos los casos, por lo que dar el pecho no puede ser utilizado como anticonceptivo, pues hay riesgo de embarazo.
Sólo en algunos casos las mujeres que dan de mamar pueden sentirse seguras frente a un nuevo embarazo. Se trata del Método MELA (Método de Amenorrea de la Lactancia). En este caso, dar el pecho impide un nuevo embarazo en el 98-99% de los casos siempre que:
- El bebé tenga menos de seis meses.
- A la madre no le haya vuelto la regla.
- El niño sea alimentado a demanda y de forma exclusiva con el pecho, de forma que no tome nada diferente, ni siquiera agua.
- El niño haga tomas frecuentes (por esto se entiende que no permanezca más de 6 horas sin mamar de noche, ni más de 4 horas sin tomar el pecho durante el día).
Si no se cumplen estas condiciones, la mujer puede quedarse embarazada aunque dé el pecho. Las madres lactantes pueden usar sin problemas métodos anticonceptivos: de barrera (preservativo, DIU, diafragma), y hormonales elaborados únicamente a base de progesterona (inyección trimestral, píldora, implantes subdérmicos, pastilla del día después).
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