Es común que los padres intenten minimizar los problemas de sus hijos diciéndoles que lo que están viviendo es solo una etapa pasajera. Sin embargo, según las expertas, la pubertad es mucho más que una simple fase. Durante este periodo, las hormonas sexuales sufren grandes fluctuaciones que no solo afectan el cuerpo, sino también el cerebro, lo que genera cambios significativos en el estado de ánimo y comportamiento de los adolescentes. Para ellos, todo se siente más intenso, y reducir sus emociones a "algo normal" puede ser contraproducente.
Estas son las dos frases que deberías evitar decirle a tu hijo adolescente
- "No pasa nada"
Aunque muchas veces los problemas de los adolescentes pueden parecer triviales desde la perspectiva adulta, decirles "no es grave" o "no pasa nada" puede invalidar sus emociones. Los adolescentes suelen ser muy sensibles debido a los cambios hormonales y emocionales que experimentan, y al restarle importancia a lo que sienten, corren el riesgo de volverse más introvertidos o de creer que sus sentimientos no son válidos. En lugar de minimizar la situación, los especialistas recomiendan escuchar con empatía y reconocer sus emociones.
- "Sé exactamente cómo te sientes"
Es natural que los padres quieran relacionar sus propias experiencias pasadas con las de sus hijos para intentar tranquilizarlos. Sin embargo, decirles que tú has pasado por lo mismo y que todo salió bien puede hacer que se sientan incomprendidos. La pubertad de hoy en día es muy diferente a la que vivieron generaciones anteriores. Las nuevas generaciones enfrentan desafíos únicos, como el impacto de las redes sociales y la constante conexión digital, que añaden una capa de complejidad a sus experiencias. Los adolescentes pueden percibir estas comparaciones como una señal de que sus padres no comprenden realmente lo que están viviendo.
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¿Cómo apoyar a tu hijo adolescente?
En lugar de recurrir a estas frases, lo más importante es escuchar. La comunicación abierta y la empatía son clave para acercarse a los adolescentes durante esta etapa tan compleja. En vez de ofrecer soluciones o intentar "arreglar" sus problemas, los pediatras sugieren frases como "Me doy cuenta de que...", "Tengo curiosidad por saber más..." o "Me pregunto cómo te sientes al respecto". Estas expresiones fomentan una conversación sin juicios y permiten que los adolescentes se sientan escuchados.
Además, es importante aceptar que no siempre es posible resolver los problemas de tu hijo. A veces, simplemente estar presente y mostrar comprensión es suficiente para que se sientan mejor. Según las expertas, "el 99% de las veces, lo que más necesitan es ser escuchados y sentirse comprendidos".