A pesar de contar con la ayuda de numerosos voluntarios llegados de otros lugares, los vecinos de las zonas afectadas por la DANA tuvieron que ponerse manos a la obra desde el minuto uno en las labores de limpieza y organización de los recursos. Pero, ¿Qué sucede en aquellos casos en los que las familias tienen niños de corta edad?
La imposibilidad de compatibilizar el cuidado de estos niños con las necesarias tareas de reconstrucción de la zona ha llevado a un grupo de voluntarios a crear una iniciativa para solventar este problema. Se trata de DANA kids, y básicamente consiste en ofrecer un espacio seguro para que los padres puedan dejar a sus hijos a cargo de personas especializadas mientras se dedican a dichas tareas.
Una respuesta abrumadora
Tan pronto como se anunció esta iniciativa, las ofertas de ayuda y voluntariado se desbordaron. Más de 700 personas se prestaron a colaborar, aunque desde DANA kids han sido muy cuidadosos en la selección dada la delicada naturaleza de la tarea. Todas las personas debían presentar un certificado de delitos sexuales y tener algún tipo de experiencia en el trabajo con menores.
Hasta tal punto fue abrumadora la respuesta que, viendo la cantidad de recursos humanos con los que contaban, propusieron a través de su cuenta de Instagram una tormenta de ideas para poder resultar más útiles en su labor.
Si bien esta iniciativa tiene fecha de caducidad, ya que únicamente pretende estar vigente hasta que la situación se normalice, su aportación es enormemente valiosa. Gracias a ella, todos los padres que en estas fechas se encuentran implicados en los trabajos de reacondicionamiento podrán dejar a sus hijos a cargo de personas con la necesaria formación y saber que se encuentran fuera de un entorno tan traumático.
Espacios acondicionados
Actualmente DANA KIDS cuenta con un espacio base en el que se desarrolla su labor, un centro cultural cerca de dos de los barrios afectados en Valencia. Pero son conscientes de que no todo el mundo tiene la capacidad de desplazar a sus hijos hasta allí, por lo que están tratando de captar nuevos espacios en otras áreas.
Los espacios, sin embargo, deben reunir una serie de requisitos que son esenciales. Deben ser lo suficientemente amplios como para acoger a un buen número de personas, contar con luz, agua y baños, y no estar sobrecargados de objetos innecesarios. Los propios voluntarios de DANA kids se encargan de comprobar también que cuenten con las necesarias medidas de seguridad e incluso los acondicionarán para que los niños puedan sentirse a gusto durante el tiempo que permanezcan allí.
Se trata en definitiva de una más de las muestras de solidaridad ciudadana que nos está dejando esta catástrofe. Ante una situación tan extrema, es importante que los más pequeños no sufran secuelas psicológicas, y los voluntarios de DANA kids están poniendo todo de su parte para conseguir que vivan esta situación con la máxima normalidad que sea posible.
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