Los primeros meses de vida marcarán su personalidad en el futuro, es por eso que el papel de los padres y los cuidadores es crucial en los primeros años.
El desarrollo en los primeros meses de vida
Daniel Segura, pediatra del Hospital Quirón Salud de Zaragoza nos explica lo que es el desarrollo psicomotor de un niño como “los progresos que hace desde su nacimiento hasta conseguir autonomía a los dos o tres años". Dentro de este desarrollo se incluyen cuatro campos diferentes, que son el área motora, el área afectiva, el área cognitiva y el área social. Este desarrollo ocurre de manera diferente en cada niño y es trabajo de los pediatras y especialistas de la salud el alertar a los padres si el bebé tiene algún retraso importante en su desarrollo. Los padres no deben preocuparse si no cumple los hitos a la misma edad que otros niños de su entorno, pero deben estar alerta a las señales y dar toda la información que el pediatra pregunte durante las revisiones.
Los primeros meses de vida de un bebé, sobre todo antes de los 18 meses, implican los mayores cambios en su desarrollo, y estos cambios pueden marcar el futuro de su sistema psicomotor.
Existen varios factores que influyen en la velocidad a la que un niño puede alcanzar estos hitos de desarrollo: prenatales, postnatales y perinatales (durante el parto). Hay factores genéticos que van a influenciar el desarrollo del bebé en los que desgraciadamente no podremos influir, pero hay otros factores como lo externo, lo ambiental o la familia que pueden suponer una gran diferencia para el desarrollo del niño.
¿Y en qué aspectos sí podemos influir?
Dentro de los factores en los que sí podemos influir es donde entra lo que podemos hacer como padres, ya que el cómo actuemos y el afecto que les mostremos va a influir en su avance. Tanto los padres como las otras personas que participen en el cuidado del bebé deben ayudar para estimular su desarrollo psicomotor. Cosas sencillas como hablarle, contarle cuentos, nombrar las cosas que le rodean son muy importantes. El Doctor Segura añade que sin duda la mejor manera de estimularle es crear un poderoso vínculo afectivo: “¿Qué tienen que hacer unos padres para estimular a su bebé? Quererlo, tocarlo, hablarle, sonreírle… Incluso puede marcar su personalidad, su autoestima, sus relaciones con otras personas… Así que el vínculo afectivo es fundamental. Una pregunta muy frecuente es… ¿Y si llora lo tengo que coger? Yo les digo que sí. Y que si no llora, también”.
LETTER
Es por eso que los niños que han pasado por procesos de adopción y que no han tenido un fuerte vínculo afectivo en sus primeros meses de vida, pueden tener al año de edad importante retraso madurativo y psicomotor. Pero los padres adoptivos no deben inquietarse, porque cuando el niño recupera ese vínculo afectivo en su nuevo hogar consigue rápidamente alcanzar un desarrollo similar al de la población general.