1. El riego. Los cactus son plantas que en invierno apenas necesitan riego, especialmente si están cultivados en el exterior. En caso de que lo tengas en el interior de casa, bastará con que lo riegues una o dos veces al mes.
¡Ojo! es muy importante que evites mojar la planta mientras la estás regando.
2. Abono. Aunque son plantas muy resistentes, también necesitan nutrientes para estar saludables. Lo ideal es que le pongas un tipo de tierra ligera y de buen drenaje.
3. Floración. Para garantizar este fenómeno es fundamental que respetes el estado de reposo en el que entra la planta durante el invierno. Para ello, reduce al mínimo el riego y el abono.
4. Protege la planta del frío intenso. Una temperatura inferior a 5 grados puede causar quemaduras superficiales e, incluso, llegar a matar a la planta. Si tienes tu cactus en un invernadero, ¡usa calefacción!
5. Lluvias. Si vives en alguna zona donde las lluvias son intensas o graniza, ¡ten cuidado! Tu planta podría resultar dañada.
6. Brote de cochinillas. Para evitar estas plagas, es aconsejable que en el último riego de otoño añadas insecticida en el agua.
7. Trasplante. Lo más adecuado es que lo hagas en el periodo de crecimiento del cactus, entre marzo y junio. ¡Bajo ningún concepto lo trasplantes en época de frío!
8. Iluminación. Lo ideal es que coloques tu cactus en un lugar luminoso. Y es que, si lo pones en un lugar oscuro, crecerá a lo alto y ¡parecerá enfermo!
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