> Las orquídeas. Son plantas muy decorativas. Proceden en general de Asia y de regiones tropicales. La vainilla que se utiliza para aromatizar en cocina pertenece también a esta familia de plantas. Su cuidado, sin embargo, exige ciertos conocimientos, aquí te los explicamos.
> Las plantas con flor son igual de decorativas que las orquídeas pero además ambientan el hogar. Entre ellas destacan la flor de lis, el hibisco o la flor de luna.
> Las plantas verdes muchas de ellas se caracterizan por crecer en regiones tropicales. Necesitan calor y humedad, de ahí su abundante follaje.
> Los cáctus y las plantas grasas (ágaves) son muy fáciles de cuidar pues al proceder de regiones áridas no necesitan demasiado riego ya que crean su propia reserva de agua. Así que, ¡no te preocupes si olvidas de regarlas!
> Los bulbos de interior como la amarillis que florece en Navidad o la cúrcuma rosa.
¿Qué necesitan?
Para que la planta crezca y florezca hay que tener en cuenta varios elementos:
> La luz: las plantas necesitan luz. Ponlas cerca de la ventana o utiliza la luminosidad artificial de una lámpara de sodio o de tubos fluorescentes. Evita las lámparas de mercurio, ya que son perjudiciales para la salud y el entorno.
> La temperatura: lo ideal es poder mantener la temperatura de la habitación entre 18° y 20° aunque puedes modificarla algunos grados por la noche. Esta variación es positiva para la planta pues establecerá su ritmo en cada momento. Hazte con un variador pero presta atención a las corrientes de aire.
> La humedad: cuando hace mucho calor se recomienda humedecer la planta bien con un vaporizador o colocando el tiesto encima de piedras de arcilla o grava empapada de agua. Ésta se evapora y humedece la planta. Por otro lado, no es nada aconsejable colocar la planta cerca de un radiador ya que si le llega demasiado calor podría estropearse y pudrirse.
¿Cómo cuidarlas?
Cada planta es única y necesita unos cuidados particulares... Aquí te dejamos algunas de las pautas más generales pero siempre que compres una debes consultar a tu florista para que él o ella sea quien te aconseje sobre sus cuidados.
> El riego: en cuanto al riego, no hay nada escrito, pero puedes esperar a que la superficie del sustrato de la planta esté seca para regarla. Éste es un buen indicio. Para asegurarte de que la tierra aún sigue húmeda agujeréala con una caña de bambú. Si al retirarla lleva tierra adherida significa que la planta aún no necesita ser regada.
Importante: acuérdate de limpiar las hojas grandes de las plantas verdes, ya que el polvo impide que respiren y reciban luz. Además, también es un gran modo de humedecerlas.
> La medida y el corte: para que una planta se vea bonita y con vida es aconsejable retirar de forma regular las ramas muertas, las enfermas y las hojas estropeadas.
> El abono: debes abonar la planta durante su período de crecimiento, entre marzo y septiembre. Si puedes, elige un abono biológico. Repite la operación cada quince días pero no excedas la dosis indicada.
> El transplante: desde el momento en que la compras hay que trasplantarla cuanto antes, sobre todo si las raíces están muy oprimidas ya que un tiesto demasiado pequeño puede retrasar el crecimiento de la planta. Por lo general, hay que esperar a que finalice el invierno, justo antes de la floración para volver a transplantarla. En cualquier caso, elige un tiesto de arcilla entre 2 y 4 cm más grande de diámetro que el anterior, así dejarás que las raíces respiren.
¿Cómo darse cuenta de que la planta está enferma?
Las plantas pueden sufrir por el calor o por el exceso o la falta de agua. Este malestar se puede traducir de diferentes maneras. A una planta que recibe poca luz se le marchitarán y alargarán los tallos. Para evitarlo sólo tienes que colocarla cerca de una ventana o de la luz artificial. Evita el contacto directo con la luz del sol, los rayos podrían quemar las hojas.
Las hojas de una planta demasiado o poco regada amarillearán y se marchitarán. Trasplántala y seca el sustrato, éste estará demasiado húmedo. Sin embargo, si la planta está demasiado seca, vaporiza el reverso de las hojas cada día.
Hay plantas, como el aloe vera que reciben el nombre de descontaminantes, es decir, que sanean el ambiente. ¿Cómo lo hacen? Todo se debe a un principio de intercambio gaseoso. Las hojas de la planta absorben los elementos contaminantes que residen en el aire y los transforman en productos orgánicos de los que alimentarse de esta forma la planta expulsa el vapor de agua con el que mejorará la tasa de humedad y el oxígeno del ambiente.
Cuanto más grande es la planta, más importante es el intercambio de gases. Estas plantas se pueden colocar sin temor en cualquier estancia de la casa, incluso en el dormitorio porque la cantidad de monóxido que expulsan por la noche es inferior a la cantidad de oxígeno que expulsan durante el día.
Sin embargo, hay otras plantas o plantas de interior con flores, como el muguete, el botón de oro o la rosa del desierto que se consideran tóxicas y se aconseja que no permanezcan al alcance de los niños ya que, tras tocarlas, podrían llevarse las manos a la boca.
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