El llamado fat-shaming es algo que existe desde siglo pasado, pero que se ha viralizado en la actualidad, en pleno apogeo de las redes sociales. Se trata de un terrible fenómeno social que viene a estigmatizar a las personas obesas o con sobrepeso. Sean deliberadas o inconscientes, estas indeseables "bromas" no se quedan en eso, sino que tienen un efecto, a veces devastador. Con el fin de medir de alguna forma este tipo de violencia, el psicólogo Jason Seacat, investigador en la Western New England University, pidió a 50 mujeres con sobrepeso u obesidad que escribieran, durante una semana, un diario en el que relataran sus experiencias cotidianas respecto al fat-shaming.
Los comentarios, así como las cifras fueron publicados en el Journal of Health Psychology, y ponen los pelos de punta. Se identificaron unas 1.077 bromas de naturaleza diversa, pero siempre ligada al peso, lo que suponía una media de 3 burlas por día. Entre ellas, las más corrientes y comunes que destacaron todas estas mujeres fueron los comentarios desagradables de otras personas (74%) y el hecho de ser el objeto de broma de todas las miradas (72%) pero también destacaron que la violencia de la reacción de la gente podía llegar hasta la agresión física (12%), pasando por la discriminación (22%).
Con el fin de ilustrar el calvario vivido por estas mujeres, el doctor Seacat publicó en la web Science of Us algunos extractos de estos testimonios, a cada cual más sorprendente:
Me han dicho que soy una mala madre porque soy incapaz de poner límites respecto a la comida que pueden comer mi hijo y sus amigos cuando vienen a casa a dormir, ya que no soy capaz de controlarme a mí misma"
"Unos adolescentes han comenzado a hacer mugidos cuando me han visto salir de una tienda"
"La madre de mi novio me ha prohibido el acceso a la nevera y me ha dicho que si estoy gorda es porque soy una vaga"
"Antes de la fiesta de una de mis amigas fui a un restaurante de comida rápida para que nadie me viera comer más que el resto"
"Mi dentista tiene miedo de que le rompa la silla"
"Si mi jefe me ve en un restaurante hace como que no me ve. Llevo 5 años trabajando para él, pero detesta a los gordos"
"Paso mucho tiempo haciendo trabajos de jardinería. Escribiendo esto, me doy cuenta de que paso mucho tiempo sola
Según Jason Seacat, "estar en una tienda y escuchar a gente de tu alrededor haciendo los típicos comentarios sobre su peso y que no encuentran nada de su talla cuando no tienen sobrepeso... Son comentarios "anodinos", pero que pueden acarrear consecuencias nefastas para quienes están al lado". Se refiere a la pérdida de confianza en uno mismo, que puede desembocar en comportamientos compulsivos, depresión, enfermedad...
Cómo influyen este tipo de comentarios en las redes sociales es aún un buen tema a investigar. En Estados Unidos ya existen algunas inciativas que destapan este tipo de críticas, pero aún nos queda mucho por hacer en este terreno. La concienciación sigue siendo la principal arma para evitar estos indiscriminados ataques. Ojalá podamos ayudar a erradicar este fat-shaming. ¿Nos ayudas a viralizarlo?
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