El dolor de las primeras relaciones
Cuando una mujer sufre un dolor intenso en el momento de la penetración, se dice que padece de dispareunia o coitalgia. El origen de este dolor es muy a menudo psicológico, sobre todo cuando se trata de las primeras relaciones sexuales (miedo a no saber, estrés a que duela la primera vez). La angustia de las primeras relaciones sexuales puede provocar una contracción de la vagina, impedir su buena lubricación y, de esta manera, hacer la penetración difícil, incluso imposible. Si tal es el caso, sólo hay una solución: ¡relajarse! Comienza por hacerte las preguntas oportunas: ¿estás realmente preparada para hacer el amor? ¿Tu amante es el correcto? ¿Te da confianza? Si la respuesta es afirmativa, entonces pasa al plan B: confía en ti y déjate llevar progresivamente. ¡Los preliminares son una fase esencial que no hay que descuidar! Comenzad despacio, aprended a descubrir vuestros cuerpos y haced que el deseo aumente… ¡Sin consumar en seguida! Un poco de frustración no viene mal a nadie y permite aumentar la tensión hasta su apogeo: a fuerza de excitaros, terminaréis por tener tantas ganas el uno del otro que vuestras pequeñas aprehensiones se olvidarán rápidamente.
La dispareunia infecciosa u orgánica
No es la primera vez que hacéis el amor y hasta el momento no habéis tenido ningún problema. Pero después de algún tiempo, la penetración se ha vuelto dolorosa. Si las causas de esta dispareunia no son psicológicas pueden ser de origen infeccioso. Puede que hayas contraído una micosis, una cistitis, un herpes o, si no has utilizado preservativo, una enfermedad de transmisión sexual… Así que es indispensable consultar a tu ginecólogo con el fin de hacer unos análisis. En caso de infección benigna te serán prescritos antibióticos.
La dispareunia también puede estar provocada por fenómeno todavía mal identificado llamado vestibulitis: se trata de una inflamación del vestíbulo, es decir, de la parte situada en el interior de los labios menores. En este caso la única solución es ir al ginecólogo para hacerte unos análisis y localizar el dolor (en el interior o el exterior de la vagina).
Cuando la dispareunia esconde un vaginismo:
Si cualquier penetración te parece físicamente imposible, si tu vagina se contrae de la misma manera cuando intentas ponerte un tampón o cuando tu ginecólogo intenta examinarte, puede que sufras de vaginismo. El vaginismo se traduce por una contracción involuntaria de los músculos del perineo y de la vagina. Aunque los órganos genitales sean normales, por reflejo, el orificio vaginal se cierra, prohibiendo así cualquier penetración. En el 90% de los casos, la causa del vaginismo es de tipo psicológico y puede resultar de un trauma, de un miedo o incluso de una fobia a la sexualidad.
El vaginismo no es una fatalidad. Una terapia te puede ayudar a comprender el origen de tu trauma. Te permitirá poco a poco volver a adaptar tu cuerpo y tu sexo con el fin de establecer una vida sexual normal.
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