Nuestros pies son los ejes de nuestro equilibrio, nos permiten caminar y desplazarnos a la vez que soportan todo nuestro peso a diario. Cualquier pequeña molestia, si se produce en los pies, puede convertirse en una gran fuente de dolor, incomodidad y hastío. Por ello, se trata de una parte de nuestro cuerpo que, aunque generalmente descuidada, requiere de ciertos cuidados diarios y consideraciones que nos permitan prevenir ciertos problemas. Además, el dolor de pies es una de las afecciones más frecuentes.
Por lo general, no estamos acostumbrados a prestar atención a nuestros pies hasta que no sufrimos algún tipo de molestia. Y aunque no solamos llevar a cabo las medidas necesarias para asegurar que nuestros pies padezcan dolores o anomalías que alteren su salud, debemos tener en cuenta que hay una serie de cuestiones que se deben intentar evitar para que los pies sufran más de lo necesario.
Evitar el exceso de tacón
Aunque de forma general debemos evitar ponernos zapatos de tacón, si vamos a utilizarlos igualmente, debemos intentar que tanto la frecuencia como la duración de su uso sea lo más baja posible. Además, es importante tener en cuenta el tipo de tacón que se utiliza pues, cuanta menor altura y más anchura, mejor. Especialmente por motivos de estabilidad y esfuerzo físico.
Debemos considerar que ponerse tacones implica una labor mucho mayor al caminar para nuestros pies y para los músculos de otras partes de nuestro cuerpo. En este sentido, pasarán excesivo tiempo trabajando en una postura que no es propiamente natural de la anatomía del cuerpo, por lo que se encontrarán mucho más doloridos. De este modo, cuanto menor sea el tiempo de utilización de este tipo de zapatos, menos estaremos haciendo sufrir a nuestros pies.
Por otro lado, es importante intentar disminuir dicho esfuerzo mediante el uso de zapatos de calidad que, al menos, cuenten con un buen agarre. Además, podemos utilizar plantillas para disminuir el impacto y ampliar la amortiguación.
Evitar calzados de mala calidad
Debemos comprar un calzado de calidad siempre, no solo en cuanto a zapatos de tacón se refiere. Hay que considerar que pasaremos muchas horas con el calzado en nuestros pies, por ello, siempre debemos asegurarnos de que se trata de unos buenos y cómodos zapatos. En este sentido, deberemos buscar, en primer lugar, que sean de la talla correcta y se adapten a la perfección a nuestros pies, y después, que sean de materiales naturales, no tengan costuras que puedan causar rozaduras, que sean antideslizantes, transpirables, etc. Estas consideraciones, además, deberán intensificarse cuando pasemos mucho tiempo de pie.
Evitar pasar un tiempo excesivo de pie
En muchas ocasiones es inevitable, por ejemplo con determinados trabajos. Sin embargo, siempre se debe intentar disminuir ese espacio de tiempo todo lo que nos sea posible. Además, también se deben tener en cuenta ciertas consideraciones para disminuir estos daños, como el ya comentado uso de un calzado cómodo y de calidad, o el uso de plantillas.
Cuidados extra
Además de todas estas consideraciones para escapar de los deterioros que podamos sufrir en nuestros pies, podemos tener también en cuenta ciertas consideraciones que nos permitan eludir en mayor medida los posibles daños, como por ejemplo, llevar a cabo ciertos cuidados en la higiene diaria. Lavar y secar nuestros pies diariamente prestando especial atención a la parte de entre los dedos, hidratarlos correctamente con cremas, cuidar nuestras uñas, etc. son medidas que siempre será recomendable emplear.
Además, existen ciertos consejos que beneficiarán el desarrollo de los músculos de nuestros pies, como andar descalzos un determinado tiempo al día, proteger siempre del frío y las adversidades del entorno, utilizar los calcetines adecuados (de materiales naturales y pocas costuras), o utilizar plantillas podológicas en el calzado, son algunos de los consejos más recomendables para un correcto mantenimiento de la salud de nuestros pies.
Usar plantillas
El profesional de podología es el encargado de pautar, en caso de ser necesario, las plantillas podológicas. Este tipo de tratamiento es confeccionado a medida y de los materiales más apropiado según las necesidades de los pies de cada persona.
La adaptación al entorno
En último lugar, recordemos considerar siempre que en determinados momentos del año los cuidados deberán intensificarse y adaptarse a las exigencias del entorno, por ejemplo para proteger de las temperaturas, tanto del frío como del calor. En este sentido, es importante evitar cuestiones como que en verano pasen un excesivo tiempo mojados, para ello, deberemos prestar atención al secado de nuestros pies, evitar caminar mucho tiempo sobre superficies mojadas o demasiado calientes como la arena de la playa, etc. pues, podremos propiciar la aparición de hongos, o incrementar que nuestros pies se sequen y aparezcan durezas o asperezas que deberemos eliminar, entre otras cuestiones.
Las visitas al profesional de la podología
Aunque llevemos a cabo ciertas prácticas a nivel individual para evitar daños en nuestros pies, lo ideal siempre será realizar visitas periódicas y preventivas a la consulta de podología para que un experto analice nuestro caso concreto y elabore un diagnóstico personalizado que nos permita emplear las precauciones y cuidados que más se adapten a nuestro caso en particular. Siempre que detectemos un problema en nuestros pies ya sea dolor, incapacidad, o simplemente algo que nos resulte extraño, lo mejor es no demorar la vista al profesional de podología. Si no estamos ante alguno de estos casos conviene visitar al especialista por lo menos una vez al año.
Artículo elaborado en colaboración con Juan Carlos Montero Vocal de Publicidad, Comunicación y Redes de COPOMA
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