"Nunca bebí en el set, pero llegaba al trabajo todavía borracho", señala el actor en una entrevista concedida a la revista Heat.
Daniel saltó a la fama con tan solo 11 años, cuando protagonizó la primera entrega de la saga cinematográfica basada en los libros de J.K. Rowling, aunque el actor no achaca sus problemas con el alcohol a su incorporación tan temprana al mundo del celuloide. "Creo que hubiese pasado de todas formas. Simplemente está en mí", afirma Radcliffe.
Sin embargo, su caso no es el primero que se da entre los “niños prodigio del cine”, ya que tenemos como ejemplo los casos de Drew Barrymore, Macaulay Culkin o Lindsay Lohan entre otros.
enfemenino/EP
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