"Si eres mujer y has escuchado en tu cabeza una voz que te dice: '¿quién eres tú para decir algo?', recuerda que eres un ser humano que puede cambiar el mundo." Esta afirmación la hizo la actriz y activista Emma Watson para poner en valor la opinión de las mujeres y los conocimientos de cada cual sobre ciertos temas, independientemente de que los prejuicios.
El mansplaining -al menos como concepto, porque está claro que esta práctica viene desde tiempos inmemoriales- nació a partir del artículo Men explain things to me (Los hombres me explican cosas) escrito por Rebecca Solnit y en el que recogía su propia experiencia. Corría el año 2008 y el artículo en cuestión consiguió gran difusión y fue esa divulgación masiva bautizó a este fenómeno con un la nueva palabra. De hecho, la propia Solnit ha rechazado utilizar este término por considerar que se trata de una caricatura del problema.
El neologismo nace de la unión de dos términos anglosajones: man (hombre) y explain (explicar). Aunque, como decimos, ni la autora del artículo con el que dio comienzo todo ni muchos teóricos especializados en temas de género dan su visto bueno, lo cierto es que se ha extendido dentro del glosario de términos feministas.
Pero, ¿por qué 'los hombres me explican cosas'?
En uno de los ejemplos más evidentes de mansplaining encontramos a esos hombres que intentan explicarle con todo de autosuficiencia a una mujer temas que le pueden resultar más ajenos. Pero, ¿no te ha ocurrido alguna vez que algún hombre ha intentado debatir contigo, por ejemplo, la existencia o no de las desigualdades de género? Este afán por explicar llega incluso a temas que, por lógica, una mujer experimenta de forma más intensa que un hombre.
Según comentaba la propia Solnit en su artículo, a las mujeres se nos educa en una "autolimitación" que nos hace creer que hay determinados temas sobre los que no podemos/ debemos hablar. En el lado opuesto están los hombres, educados dentro de una sociedad heteropatriarcal en la que ostentan el poder y, en cierta medida, la capacidad de proteger a las mujeres y enseñarles desde una actitud paternalista.
A pesar de esto, nosotras tenemos claro que no todos los hombres pretenden explicarnos cosas y que, aunque se trate de una práctica bastante extendida y que todas hemos vivido en ciertos momentos de nuestra vida, no es algo que ocurre siempre. Al final, la base está en la educación que recibimos todos desde nuestra infancia y en nuestra mano está iniciar ese cambio de mentalidad.
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