Desde el año 1948, el Código Penal de Líbano daba pleno poder a un hombre para acosar o violar a una mujer siempre y cuando tras ello, contrajese matrimonio con ella. Así, la ley daba carta blanca para que los violadores saliesen impunes de todas sus acciones, incluso cuando se trataba de abuso de menores o había algún tipo de parentesco entre el violador y su víctima. Con ello, los matrimonios forzados de niñas estaban a la orden del día en el país asiático.
Durante muchos años, las asociaciones pro derechos humanos han procurado cambiar este artículo 522 del Código Penal. Una de las campañas más impactantes fue llevada a cabo por el artista libanés Mireille Honein que preparó una performance con 31 niñas vestidas de novia para denunciar esta terrible situación. Cada uno de esos 31 vestidos simbolizaban que cada día en el Líbano una mujer es violada y obligada a casarse con su violador.
Por desgracia, el Líbano no es el único país del mundo en el que existe este desamparo a las mujeres. En Túnez, hasta el mes de julio, existía un artículo en el Código Penal que eximia de cualquier culpa a los violadores de menores de 15 años siempre y cuando contrajesen matrimonio con ellas.
Aunque aún queda mucho por hacer, nos hace felices saber que poco a poco estas leyes vayan evolucionando o hasta ser eliminadas cuando suponen una violación a los derechos de las mujeres.
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