Merece conocer la historia de esta deportista, pues es sin duda un claro ejemplo de que en esta vida podemos lograr lo que nos propongamos. Esta tenista británica nació con displasia ectodérmica, un síndrome que provocó una anomalía en la formación de sus dedos: tiene cuatro en cada mano, pero esto no ha supuesto un impedimento para que maneje la raqueta. Con tan solo 15 años logró competir este año en la categoría juvenil del torneo de Wimbledon. Y antes de eso, ganó un torneo en Viena sin perder un solo set y superando en la final a la 18º del mundo.
Cuando tenía solo diez años, Jones se marchó de Yorkshire para instalarse en Barcelona, donde aprendió a perfeccionar su tenis en la Academia Sánchez-Casal (en la que han entrenado tenistas como Andy Murray). Actualmente continúa viviendo en la ciudad condal.
"Cuando era más pequeña tuve problemas, porque esta enfermedad también afecta a mis pies, por lo que mis movimientos estaban bastante limitados. Tengo tres dedos en el pie derecho, en el que me apoyo, así que el equilibrio siempre ha sido una de mis debilidades", ha explicado al Daily Mail. Durante el último año ha tenido tres operaciones de muñeca, pero aún así Jones se niega a renunciar a su deporte preferido: "Si lo tengo que volver a hacer, lo haré. Estoy al 100% metida en esto y lo daré todo para llegar a ser quien quiero ser", confiesa.
En una entrevista para The Telegraph, la joven ha explicado que tiene muy claro su objetivo: "Quiero ser la mejor del mundo. Sólo quiero que la gente sepa que puedes hacer lo que quieres, todo es una cuestión mental en la vida".
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