La también poeta Ana Merino ha ganado el Premio Nadal en su 76 edición con su novela El mapa de los afectos. Se trata de su primera obra en prosa y la presentó inicialmente con el nombre ficticio Campos de fuerza y bajo el seudónimo de Susan Storm. Merino competía con otros cuatro finalistas seleccionados entre los 351 que se presentaban al certamen y se convierte en la decimoquinta ganadora de este premio, cuya primera edición fue para Carmen Laforet en 1944. Por su parte, la escritora catalana se ha llevado el Premio Josep Pla con Pluja d'estels.
El mapa de los afectos se publicará el próximo 4 de febrero y su autora la define como "una novela en la que los personajes que me han inspirado son genuinamente buenos, porque creo en la bondad". Se resume, en las propias palabras de Merino, como "un alegato a favor de la bondad".
"Me interesa ver cómo evolucionan esos personajes y quiero jugar sobre cómo interactúan las personas". Por eso, en el mapa de los afectos, Merino nos presenta como protagonistas a una maestra de preescolar con profundos conflictos sentimentales y un niño de 5 años con el que trabaja y que ha sido abandonado por su madre. La narración transcurre entre Estados Unidos y España.
Licenciada en Historia Moderna y Conemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid, Merino ha vivido también en Groninga, donde estudió un año de su carrera, y en Columbus (EEUU), donde impartía clases dentro del departamento español de la Universidad del Estado de Ohio. Allí, además, estudió un máster en literatura Española y Latinoamericana.
En 1994, poco antes de licenciarse –lo que ocurrió en 1995–, fue galardonada con el Premio Adonais por su libro de poesía Preprativos para un viaje, un género en el que es una prolífica escritora y donde ha engendrado títulos como La voz de los relojes; Juegos de niños, obra con la que ganó el Premio Fray Luis de León); El viaje del vikingo soñador o Los buenos propósitos.
Merino explica que recibe las influencias de autores coo Cervantes, Quevedo so Santa Teresa de Jesús, pero también de Benito Pérez Galdós y Miguel Delibes, entre otros. Cree que la escritura es un medio para la redención y que "la poesía es amor, sacude, emociona", mientras que "la prosa es más curiosidad, imaginación, contar la humanidad”. “Creo en la literatura con el mismo fervor con que creía en los Reyes Magos: nos hace empatizar y profundizar en el alma humana”, añade.
Laia Aguilar gana el Premio Josep Pla
La temporada literaria se ha abierto con otra galardonada, la barcelonesa Laia Aguilar, que ha recibido el Premio Josep Pla de prosa catalana en su edición 52 por Pluja d'estels. Esta obra, con la que Aguilar debuta en la narrativa para adultos y que relata el reencuentro de un grupo de amigos que llevaba años distanciado después de un trágico incidente, se publicará en día 5 de febrero con con la editorial Destino, la misma que en el caso de El mapa de los afectos. En esta obra Aguilar ha pretendido “reflejar la dificultad que tenemos de enfrentarnos al dolor, al fracaso o la culpa”.
Aguilar es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Ramón Llull. Actualmente ejerce como maestra en la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès y es guionista en las series de televisión catalana Merlí, El cor de la ciutat, Infidels y Ventdelplà.
Y es que el estilo de Aguilar está marcado por un claro interés en los antihéroes. Así, ha participado como guionista en Wolfgang, que recibió el premio Carlemany en 2016, o Juno (2018), historias que relatan las experiencias de un niño superdotado y de un niño tutelado respectivamente.
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