El fotógrafo especializado en animales, Guinnevere Shuster, buscaba una forma de colaborar en la adopción del máximo número de perros abandonados, que sobrevivían gracias a los cuidados desinteresados de la Sociedad Protectora de Animales de Utah.
Quería poner su pequeño grano de arena en la difícil tarea de encontrar una nueva familia para los más de 70 millones de animales sin hogar que viven en la actualidad en EE.UU.
Tras dar vueltas a varias ideas, este creativo fotógrafo, decidió usar la magia de su cámara de fotos para llamar la atención de sus vecinos sobre los habitantes más peludos de Utah: se le ocurrió la idea de mostrar su lado más cercano y amable valiéndose de la ayuda de una cabina de fotos o “Fotomatón”.
Con una idea tan sencilla, Shuster ha conseguido dos grandes gestas. Por un lado movilizar a buena parte de la ciudad, llamando la atención y generando conciencia sobre el problema , y por otro arrojar un halo de brillante luz sobre la mirada de estos perros que, generalmente se sentían incómodos o temerosos cada vez que alguien se presentaba ante las jaulas con la intención de ampliar su familia.
“En lugar de esconderse en la esquina de sus jaulas con el rabo entre las piernas, los perros, muestran ahora su mejor cara, transmitiendo la sensación de ver, casi, una sonrisa real en cada uno de los cachorros".
En los seis meses que lleva funcionando el proyecto, se han incrementado de forma muy importante las adopciones. La mayor parte de los protagonistas de las fotos han encontrado hogar o han ayudado a muchos de sus compañeros caninos a encontrar también el suyo.
La Sociedad Protectora de Animales de Utah mantiene la labor y continua publicando las tiras con las fotos de carnet de cada perro en su página de Facebook, con divertidas publicidades sobre la personalidad de cada uno.
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