Hace más de 7000 años el perro y el hombre se conocieron para no volver a separarse. En aquel momento nació una relación basada en la conveniencia, pero también en la fidelidad y la amistad.
Desde entonces perros y humanos han aprendido a entenderse. Los primeros entendieron que podrían recibir cuidados y atención por parte de los segundos. Los segundos se dieron cuenta de la compañía y protección que proporcionaban los primeros.
Fruto de sus hábitats y de la mezcla de razas, de forma natural o con la mano del hombre de por medio, los perros han ido evolucionado en su forma y tamaño hasta límites casi inconcebibles.
Algunas de las razas más expuestas a climas extremos y acostumbrados a duras tareas, como guardar y proteger al ganado, la caza mayor, operaciones de salvamento y socorro o duros trabajos en el campo, han ido adaptando su cuerpo con el tiempo hasta ser como hoy los conocemos.
El “problema” ha llegado con su entrada en nuestros hogares -cada vez más pequeños- y las modas más modernas y extremas que los humanos hemos adoptado para diferenciarnos. Nos encanta lo raro y todo lo que llame la atención por ser muy grande o muy pequeño; y eso, a veces, complica la convivencia…
Esta galería nos demuestra que hay tantos tipos y tamaños como perros y razas hay en el mundo: Unos caben en una mano mientras otros no entran por una puerta o son más grandes que sus propios dueños. Lo único que está claro es que todos adoran a sus dueños y estos no son nadie sin sus minúsculos o, como en este caso, gigantes perros.
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