La percepción que tenemos sobre nuestro cuerpo viene en muchos casos determinada por las opiniones de otros. Por eso, cuando nos cruzamos con personas que utilizan el sarcasmo, la burla o directamente la humillación para hacer mención de nuestra apariencia física, las consecuencias pueden ser demoledoras.
Este comportamiento al que nos referimos es lo que se conoce como Body shaming. Y aunque no lo parezca, viene en muchos casos de personas del propio entorno, como amistades o familia, lo que todavía amplifica más aún el impacto emocional que esas palabras tienen. Hoy vamos a conocer la gravedad de este problema y qué se puede hacer para tratar de minimizarlo.
Consecuencias del body shaming
Cuando alguien es ridiculizado o se hacen bromas sobre alguna característica física que posee, se está fomentando que en esa persona se desarrollen inseguridades. Si además las referencias no son ocasionales sino que se llevan a cabo de forma repetida, estas inseguridades pueden derivar en serios problemas de autoestima. Esto lleva a crear una bola de nieve en el que unas consecuencias acarrean otras. La baja autoestima lleva a la dificultad para relacionarse y ésta al aislamiento social.
También es frecuente que se desarrollen sentimientos de ansiedad al sentir la persona afectada que no está a la altura de las expectativas. Los trastornos alimentarios y la depresión son otras de las consecuencias del body shaming, pudiendo ambas llevar a un deterioro aún mayor de la autoestima que conduzca a la aparición de ideas suicidas.
Qué hacer si lo sufres
Como puede comprobarse, el body shaming no es un tema de menor relevancia. Hay que tener mucho cuidado con el modo en el que nos dirigimos a las personas a la hora de mencionar su apariencia física, porque lo que para quien hace el comentario puede ser una broma sin importancia, para quien lo recibe puede resultar devastador.
Si eres tú quien se ha visto afectada por este tipo de comentarios debes saber que disminuir ese malestar está en gran medida en tus manos, ya que nadie más que tú puede controlar tus pensamientos.
Lo primero que necesitas entender es que todos tenemos virtudes y defectos, y que la perfección no existe.
Además, evita hablarte negativamente y trata de tener una actitud más amigable hacia ti misma, ya que los cánones de belleza son variables y no te definen como persona. Y finalmente recuerda que nadie merece ser criticado por su cuerpo, pero que también está en tu mano mejorarlo. Una buena alimentación, ejercicio y un estilo de vida sano puede ayudarte a sentirte mejor contigo misma.
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