> Las víctimas del burn-out
Lo más habitual es que el burn-out, o síndrome del trabajador quemado, se declare entre personas cuyo trabajo implique un fuerte compromiso y/o importantes responsabilidades. Se encuentra, sobre todo, en los profesionales “asistenciales”: médicos, profesores, trabajadores sociales. Sin embargo, nadie es inmune, esta enfermedad puede afectar a todo el mundo. A menudo se compara con la depresión, y de hecho hay que tomarse el burn-out muy en serio.
> Las causas del burn-out
La aparición del burn-out se atribuye a diferentes causas. Todas están relacionadas con un entorno profesional estresante. Las personas con un carácter más angustiado están más predispuestas a la enfermedad. El perfeccionismo, la conciencia profesional demasiado desarrollada, la incapacidad para delegar, las ganas de agradar... Ya sea porque las expectativas respecto a él o a los demás son demasiado grandes, porque se espera un resultado ideal o que el éxito sea demasiado importante, o incluso porque el trabajo represente la única fuente de satisfacción y se considere como un refugio, pueden desencadenar este síndrome. En todos los casos, hay un desequilibrio entre las expectativas del individuo y la realidad, que origina un estrés profundo.
> Los síntomas del burn-out
Se define el burn-out como un síndrome tridimensional. Se desprenden tres ejes:
- El agotamiento emocional: el individuo está vacío mentalmente. Le falta energía y ánimo y pierde toda motivación.
- La despersonalización: la víctima del burn-out tiene actitudes impersonales, frías y distantes hacia las personas con las que trabaja. Sus propuestas son negativas y cínicas.
- La falta de realización personal: el individuo no valora su trabajo, se siente incompetente. El burn-out provoca estados de fatiga física, emocional e intelectual. El enfermo está irritable. Las manifestaciones de este síndrome varían de un individuo a otro, pero los síntomas vienen, a menudo, acompañados de trastornos psicosomáticos como los dolores de cabeza, de espalda, sueño perturbado, trastornos intestinales, catarros repetidos... En el trabajo, la productividad baja y realiza esfuerzos desproporcionados en relación a la poca satisfacción que siente el individuo.
LETTER
> ¿Cómo curar el burn-out?
¡Dejemos de trabajar! Es lo primero que hay que hacer para evitar que el síndrome se agrave más. El individuo tiene que salir de su entorno laboral habitual. A continuación, es muy recomendable dejarse ayudar y seguir una terapia. Los momentos fuera del ámbito profesional son, igualmente, el momento ideal para reflexionar y evaluar estas expectativas y ganas. De forma paralela, descansa, ¿por qué no ir a yoga para aprender a relajarse y a controlar la angustia?