El objetivo: cambiar los hábitos nocivos y reconciliar el cuerpo con la psyque.
• Respeta el ritmo del sueño
Si sientes que la almohada te llama, no luches contra el cuerpo para poder ver el final de la película o para terminar un trabajo. Acuéstate pronto y, siempre que sea posible, a la misma hora, y si hace falta, levántate más temprano. Espera al menos una hora antes de ir a la cama después de cenar. Esto mejorará la digestión.
• Deporte para expulsar las angustias
La natación, el jogging, el baile o el aeróbic ayudan a luchar contra el estrés de manera eficaz. Si se practica de dos a tres veces por semana, la actividad física actúa como vía de escape, activa la circulación sanguínea, calma las tensiones musculares y libera la dosis de euforia justa para dejarte extenuada pero feliz.
• Organízate
Ya sea en el trabajo o en casa, en cuanto sientas que la situación se te escapa de las manos, planifica las tareas y aprende a anticiparte. Clasifica las tareas dependiendo de su prioridad, las más urgentes primero, después las que pueden esperar. Luego, eso sí, ¡intenta seguirla! Realiza los trabajos a tiempo. Lo que parecía inalcanzable se volverá mucho más llevadero.
• Huye de las dependencias
¿Fumas un paquete al día (o casi) y bebes más café de lo normal? Estos “venenos” enmascaran la realidad haciéndonos creer que calman los nervios. Sin embargo, tienen un efecto excitante que genera angustia. Si no puedes decirles adiós, intenta al menos disminuir la cantidad.
• Por encima de todo, una alimentación sana
El estrés puede provocar tanto una necesidad compulsiva de comer como una pérdida total del apetito. Un bocado de comida colmada de calorías a cualquier hora… Cambia tus hábitos y establece una hora fija para comer tranquilamente. Intenta mantener una alimentación equilibrada, tomando un buen desayuno, una comida rica en legumbres y una cena ligera. Si el hambre amenaza a media tarde, sustituye la barrita de chocolate por una manzana o un yogur. Si no, tus nervios no harán más que aumentar y ¡lo mismo le pasará a tu línea!
• Equilibrio justo entre trabajo y vida privada
Cuando llegues a casa, olvídate de las obligaciones profesionales. Es bien sabido, hay un tiempo asignado para cada cosa. Para llevar una vida harmoniosa y satisfecha, es imprescindible saber repartir el tiempo entre trabajo y vida familiar. Si estás concentrada y eres rigurosa en tu trabajo, aprende a ignorarlo y a aprovechar los momentos que pasas con tu familia y amigos.
• Con calma
Ya sea en familia, entre amigos o en el trabajo, evita los conflictos. Para ello, evita temas delicados y las discusiones interminables. Asimismo, aprende a no involucrarte en todas y cada una de las situaciones, deja de darle vueltas a todo y relativiza. Olvidar algo en la lista de la compra o llegar un poco tarde al médico no es el fin del mundo.
• Vida amorosa feliz
Tu pareja es de lo más valioso que tienes y vuestra sexualidad también. Está demostrado: hacer el amor tiene un efecto decontractor. Por supuesto, cuando se está estresada, la libido sale malparada. Una posible solución es reservar un tiempo para estar con tu pareja y regalaos un momento de pura felicidad. Ya lo veréis, después, os sentiréis mucho mejor.
• Medicina alternativa
Otro remedio para calmar el estrés: la homeopatía. Esta medicina se adapta muy bien a los síntomas teniendo en cuenta la naturaleza del estrés del paciente. Entre los tratamientos más comunes se encuentran el Argentum nitricum (para los problemas digestivos), el Phosphorus (para subir el ánimo) y la Sepia (para aquellos que sólo piensan en superarse).
• Actitud zen
Yoga, estiramientos, qi gong… Estos métodos son excelentes para calmar el espíritu y mejorar la respiración. Músculos desanudados y cansancio sano, no hay nada mejor para apaciguar los nervios. La sofrología, la reflexología y la acupuntura también ayudan a relajarse.
• Simplemente ¡cuídate!
Para expulsar las tensiones opta por una sesión de spa, masajes, paseos por el bosque, y por qué no, una estancia para tomar sesiones de talasoterapia si la cuenta bancaria lo permite. Mímate como nunca, reconquistarás tu imagen y estarás mejor armada para afrontar a los demás.
• Diviértete
Un restaurante, el cine, una prenda bonita… cualquier medio es bueno para subirte la moral y recompensarte si has sabido gestionar el tiempo eficazmente.
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• Apoyo psicológico
Si realmente el estrés se convierte en un infierno, no dudes en hacer una llamada a un especialista. Algunas terapias cognitivas permiten que las personas bajo estrés hagan frente a las agresiones, organicen mejor su tiempo y se deslastren de algunas obligaciones sin sentirse culpables.