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Los gnocchi

por Elena Bonet ,
Los gnocchi

Los gnocchi son un plato muy típico de la cocina italiana. Nacen de la palabra “nioki”, que hace referencia a unos panecillos redondos y pequeños con anís. Hoy en día, se encuentran dentro de la categoría de las pastas a pesar de que su composición difiere bastante teniendo en cuenta los ingredientes que se emplean para el resto de pastas. Normalmente se sirven acompañados de carne o ensalada verde, gratinados o con alguna salsa.

Variedades
Existen varias recetas para prepararlos. La más conocida es la de los gnocchi de patata. Se trata sencillamente de mezclar la patata con harina y huevos. También se pueden hacer con sémola de trigo fina y servirlos gratinados con queso. O “a la parisina”: elaborados con masa de col y servidos gratinados con un poco de bechamel. En este caso se presentan como entrante. En algunas recetas muy locales los gnocchi se elaboran con pan seco.

Receta fácil: gnocchi con patatas
Cuece 6 manzanas al horno o en una olla con agua durante 1 hora. Cuando estén bien hechas, pélalas y redúcelas a puré. Añade 100 g de harina, 50 de queso fresco, 2 huevos y pequeños trozos de chalote. Mézclalo todo hasta obtener una masa que deberás dejar reposar durante 1 hora. A continuación, forma pequeñas bolas con la ayuda de una cucharilla y cuécelas en una olla grande con agua hirviendo. Cuando los gnocchi alcancen la superficie querrá decir que ya están hechos.

Receta fácil: gnocchi con sémola
Calienta 1 l de leche en una olla grande. Añade 50 g de mantequilla y 1 cucharadita de café de sal fina. Vierte 200 g de sémola y cuando las saques del fuego añade 2 huevos y una pizca de nuez moscada. Despliega la masa sobre la tabla de madera y deja que repose durante 1 hora antes de cortarla en pequeños rombos o redondas. A continuación, sólo tienes que dorarlos en una sartén con una nuez de mantequilla.

La cocción
Tienes dos opciones para hacer este tipo de pasta. Los que se preparan con patata se cuecen primero en una gran cantidad de agua. Al cabo de unos minutos, incluso de unos segundos, alcanzan la superficie, lo cual quiere decir que ya están hechos. A continuación, puedes gratinarlos en la sartén antes de probarlos con alguna salsa que te guste o con un poco de gruyer rallado. En la versión con sémola no hace falta que introduzcas la pasta en el agua. Con pasarlos directamente por la sartén es suficiente. Como los primeros quedarán más mullidos es recomendable, y estarán más ricos, gratinarlos un poco.

La salsa
La más tradicional es la salsa de tomate casera de toda la vida. Espera un par de días para añadirle una hoja de basilisco. También puedes probarlos al pesto, son una delicia. O a la carbonara con un poco de crema fresca y unas tiras de tocino para un plato completo. Si te gustan solos, no hay nada como añadirles un chorrito de aceite de oliva y espolvorearlos con parmesano o darles un toque extra con daditos de jamón dulce.

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Elena Bonet
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