¿Cómo conservarla?
Aguanta una semana en el cajón de las verduras de la nevera y también la podemos confitar y envasar en un recipiente hermético. Si la cortas en rodajas riégala con unas gotas de limón para que no ennegrezca con el oxígeno. Escaldada o al vapor, aguanta hasta ocho meses en el congelador.
Las variedades
Larga y morada
Es la variedad más clásica: larga, morada, casi negra y brillante. Parece una norme pera alargada. Su carne, blanda, contiene algunas pepitas.
Italiana
Se parece a la berenjena común pero es más pequeña, encorvada, con la piel más fina y un sabor más delicado.
Blanca
Tiene la misma forma que la berenjena común pero es un poco más pequeña y redondeada. La piel es gruesa y la carne, firme.
Jaspeada
Esta berenjena de piel estriada es color lavanda y presenta las mismas características que la berenjena clásica. Aunque su gusto es un pelín más intenso.
Amarilla
Es amarga, pequeña, con una carne verde y tierna y muchas pepitas.
¿Cómo prepararla?
¡Muy fácil! Retira el pedúnculo y lávala a conciencia. Si quieres hacer puré, retira la piel con la ayuda de un pelador. Para el resto de preparaciones no hace falta, corta la berenjena en láminas, rodajas o dados. Si la prefieres cruda, echa unas gotas de limón en la carne porque tiende a ennegrecer con el contacto con el aire. Antes de triturarla, cuécela al vapor durante unos quince minutos. Si quieres pasarla por la sartén con un poco de aceite de oliva, escúrrela. ¿Cómo? Parte la berenjena en dos a lo largo, échale sal gorda y deja que escurra una media hora. Gracias a este método, absorberá menos aceite cuando la hagas a la sartén.
¿Cómo cocerla?
Al horno
Puedes hacerla entera o cortarla en dos durante veinte minutos a unos 150°C (termostato 5). Pínchala con un tenedor antes de meterla al horno para que la piel no reviente. A continuación, córtala en dos, si la has asado entera, y retira la carne con una cuchara.
A la sartén
Una vez escurrida, pásala por la sartén a fuego lento y con un poco de aceite de oliva. O también puedes empanarla: prepara la mezcla con un huevo batido, pan rallado y leche y embadurna las finas láminas de berenjena para, a continuación, freírlas durante unos minutos en la sartén.
A la brasa
Ásalas enteras hasta que la piel ennegrezca. A continuación, vacíalas con la ayuda de una cuchara. Las brasas le dan un toque ahumado incomparable, ¿verdad?
¿Cómo cocinarla?
Si la reduces a puré, puedes hacer de ella una tarrina, tian, o caviar y degustarlos sobre un coulis de tomates frío o caliente. El pastel o el gratén son muy buenos aliados de esta verdura, y rellena de gruyere sazonada con especias, la berenjena se convierte en una delicia. Pruébala con conejo o un plato de cerdo, en ratatouille o pasada por la sartén al estilo provenzal para darle un aire a Mediterráneo. También es muy apreciada acompañando al queso comté, las anchoas, el jamón, demás quesos, el ajo o la albahaca. Sorpréndete con los suflés, los buñuelos, la papillote, el flan o el puré de berenjena. Frita o confitada... ¿La has probado ya?
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También: al vapor, aunque no se trata del mejor modo de cocción para que exhale todo su aroma.