¡Nos encanta el olor a castañas asadas! Es una de esos aromas que consigue transportarnos a algún momento de nuestra infancia. De hecho, para nosotras es uno de los olores del otoño y también uno de esos sabores a los que no queremos ni podemos renunciar. Además, la castaña tiene un buen número de beneficios por su alta concentración en vitamina B, hidratos de carbono y fibra. Al contrario de lo que puedas pensar, se trata de un fruto con muy pocas calorías. ¡No tiene ni un solo fallo! Como todos los frutos secos, nos encanta combinarlos en todas nuestras recetas. ¡Mira qué pinta!
Cómo saber cuál es la castaña más adecuada
Para acertar con nuestra elección, deben tener cierto peso y la corteza debe ser lisa, brillante y de color marrón intenso. No te fíes si están abombadas y ahuecadas, es el primer signo de que la castaña está pudriéndose. Y si ves que está perforada, tírala directamente, puede que esté llena de gusanos.
Una vez que hemos conseguido un buen fruto, para conservarlas es muy importante que les hagas un pequeño corte con el cuchillo y podrás mantenerlas durante meses en la nevera. Las que están bien cerradas y con la corteza brillante se pueden mantener hasta una semana a temperatura ambiente en una cesta de mimbre, por ejemplo. Las castañas que ya estén maduras sólo se podrán conservar unos tres días si las introduces en la nevera, en el cajón de las verduras. En cuanto observes que se hinchan es que están empezando a pudrirse.
¿Cómo preparamos las castañas?
Cocerlas es muy sencillo y puedes hacerlo de tres modos diferentes. Ahora bien, las reglas de seguridad son siempre las mismas: ponte guantes gruesos para hacerles la incisión con un cuchillo y hazlo con gestos lentos y precisos para que no se te resbale de las manos. Presta atención y no te quemes cuando las introduzcas en el agua hirviendo y deja que enfríen cinco minutos cuando las retires del fuego.
Si quieres saborear las castañas tiernas, o bien para hacer mermelada o bien para utilizarlas como relleno, tendrás que hervirlas. Haz una incisión en la castaña a lo ancho o a lo largo llegando hasta la carne. Introdúcelas en agua hirviendo y deja que cuezan entre 3 y 5 minutos. Después, retíralas y pélalas. Por último, tienes que introducirlas de nuevo en el agua ahora aromatizada, durante 15 minutos a fuego lento.
Si prefieres una textura crujiente, lo mejor será que las prepares al horno. Es muy sencillo: tan solo tienes que hacer una incisión en la castaña y ponerlas en una bandeja para el horno y dejar que se hagan durante 20 minutos a 220ºC. Cuando las retires, pela una y pruébala. ¡Verás cómo cruje! Para conseguir esta textura, utiliza la chimenea o una barbacoa para cocer las castañas. Antes de eso, hazles una incisión y escóndelas con la ayuda de unas pinzas entre troncos y brasas ardientes. A continuación, retíralas y pélalas cuando se enfríen.
¿Qué recetas podemos elaborar con las castañas?
¿Te gustaría preparar una deliciosa mermelada de castañas? Para ello, utiliza 1 kilo de castañas. Hazles una incisión y deja que hiervan en una olla grande durante 5 minutos. Después, pélalas y vuelve a introducirlas en la olla. Tienen que quedar totalmente cubiertas por el agua para que cuezan bien y poder desmenuzarlas fácilmente con la ayuda de un tenedor.
Después, tritúralas para reducirlas a un fino puré. Mide cuánto pesa la masa fina y vierte la misma cantidad de azúcar en una cacerola. Vierte 20 cl de agua por kilo de azúcar y deja que cueza a fuego lento durante algunos minutos. Añade el puré de castañas y una vaina de vainilla. Deja que la mezcla cueza durante 30 minutos a fuego lento y mezcla con frecuencia. Cuando el resultado sea de consistencia espesa ya puedes introducir la mezcla en potes para mermelada.
La castaña es un producto muy dócil, deja que la fundas en crema, mermelada, puré… Y precisamente así es como gusta: suave y aterciopelada en sopa, mouse o crema. Si prefieres lo salado, hace buena pareja con todas las aves como la pintada, el pollo, el pavo o el resto de caza. Pero si te pierde lo dulce, puedes utilizarla en crema para un crêpe y mezclarla con chocolate fundido... ¡Una verdadera maravilla!
Nuestra preferida: tiramisú de castañas
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