A medida que se acerca el fin de las vacaciones a muchas de nosotras parece invadirnos el espíritu de un oso perezoso que nos impide movernos más de lo necesario o que nos impide volver al trabajo con humor y energía. Sí, es lo que se conoce como síndrome postvacacional, y por mucho que te digan que al menos has tenido vacaciones, es posible que ni eso te sirva de consuelo.
Pero este año queremos que digas basta al sedentarismo y al mal humor en tu vuelta al trabajo. Hay mil motivos para que empieces el nuevo curso con alegría y, sobre todo, con energia, y hay unos cuantos trucos que te ayudarán a hacerlo sin apenas darte cuenta.
Si añades en tu vida algunas pautas saludables, como una mejor actitud, algo tiempo para ti o una organización óptima de tus tareas, conseguirás adaptarte a la rutina con una sonrisa gigante. ¿Quieres descubrir cómo? ¡Toma nota y llénate de motivación!
1. Organización ante todo
Incontables emails, volver a encontrarte con algunos compañeros que estás deseando perder de vista, infinitas tareas pendientes... La vuelta al trabajo puede ser más que difícil si no te organizas y, dicho sea de paso, si no te lo tomas con humor.
¿Qué debes hacer?
- Organiza tu agenda, porque cuando regresas de vacaciones es normal que estes algo más despistada de lo habitual. Si anotas hasta el más mínimo detalle conseguirás que no se te olvide nada y optimizarás tu tiempo.
- Tacha las tareas que hayas completado. Nada te hará sentirte más realizada y plena.
- Entrena tu memoria para no olvidarte de nada. Prueba con juegos de agilidad mental o con algún complemento con extracto de ginkgo biloba, capaz de mejorar las funciones cognitivas.
- Responde con una sonrisa a tus compañeros, porque así es más que probable que recibas una de vuelta. Y a eso se le llama crear energía positiva.
- Fomenta los afterwork. Si pasas mucho tiempo en el trabajo, tienes dos opciones: vivir deseando marcharte de allí o asumir que tus compañeros pueden ser una segunda familia para ti. Proponles tomar algo a la salida y tal vez descubras que son mejores de lo que crees. Irás mucho más a gusto a trabajar.
2. Fíjate objetivos
Una de las principales causas de estrés (tanto a nivel laboral como personal) es intentar abarcar mucho más de lo que podemos, lo que nos llena de frustración y nos hace sentirnos mal con nosotras mismas. Esta vez fíjate objetivos realistas a corto, medio y largo plazo. Esto no solo te permitirá no agobiarte sino que también hará que no sientas que vagas sin rumbo fijo o viendo la vida pasar.
¿Qué debes hacer?
- Fíjate objetivos que te vayan a hacer feliz. Reserva algún fin de semana para volver a pintar tu apartamento, economiza al máximo cada mes para regalarte un viaje o una tarde de compras, busca tres ofertas de trabajo diferentes cada semana para ampliar horizontes...
- Imagina la satisfacción que sentirás el día que alcances con éxito tu objetivo pero no sufras pensando que ese día nunca llegará. Hablamos de objetivos realistas, recuerda.
- Pon los medios y establece un calendario para conseguir tu objetivo.
- Saborea tu triunfo. Si has alcanzado tu meta, date tu tiempo para disfrutarla y sentirte bien contigo misma. Eres una campeona, no lo olvides.
- Puedes hablar de ello para mantener a la vista el objetivo, o no comentar nada al respecto para no sentir presiones de ningún tipo. ¡Tú eliges!
3. Piensa en verde
Durante tu tiempo de vacaciones, habrás pasado gran parte de tu tiempo al aire libre: dándote un bañito en el mar, caminando descalza por la playa, dando largos y relajantes paseos por la montaña o por tu pueblo, haciendo suculentos picnis en el campo...
Has estado en equilibrio y armonía con la madre naturaleza, y eso sienta fenomenal. ¡No permitas que nada ni nadie te estropee esos momentos en tu vuelta al trabajo!
¿Qué debes hacer?
- Organiza reuniones con tus amigos en espacios abiertos: en un parque, a la orilla de un río, frente a la playa... ¡En otoño todavía hace buen tiempo para ello!
- Disfruta tú sola del aire libre: vete con un libro a un gran parque de tu ciudad o disfruta de un largo paseo escuchando música.
- Reserva una casa de campo para pasar allí un fin de semana con tu pareja o amigos.
- Apúntate a la piscina (cubierta, claro) para reencontrarte con los placeres acuáticos o incluso busca clases de aqua gym para mantenerte activa.
- Vete al mercado para comprar productos frescos y de temporada y prepara un menú saludable.
- Haz el descanso para tomar el café en el trabajo fuera de la oficina: en una terraza, un jardín o cerca de una fuente.
Si quieres un empujón extra, aquí tienes unos cuantos beneficios de hacer deporte: ¡ya no hay excusas!
4. Transmite alegría
Dicen que una sola persona se queja de media entre 15 y 30 veces al día. Pero, ¿hay realmente motivo para ello? ¿Sirve de algo refunfuñar tanto? No, no sirve de nada salvo para generar malas vibraciones a tu alrededor. ¿No te has fijado que durante las vacaciones estabas mucho más relajada y eras más paciente? Trasládalo a la oficina y a tu vida.
¿Qué debes hacer?
- Hazte rápidamente con la obra Optimismo vital (manual completo de psicología positiva) de Bernabé Tierno, que te ayudará a tener una actitud más alegre en tu vida.
- Transforma lo negativo en positivo. Si tienes que esperar en un atasco, aprovecha para escuchar música que te motive. Si tienes que hacer cola en el cine o el camarero tarda mucho en atenderte en un restaurante... ¡Piensa que en tan solo unos minutos estarás disfrutando de una película o una deliciosa comida!
- Pon a prueba tu paciencia y tu humor: Por ejemplo: tu chico ha vuelto a dejarse los calcetines sucios en el suelo. Úsalos para hacer un paquete de regalo y se lo das en el desayuno.
- Relativiza las cosas planteándote la gran pregunta: ¿de verdad es tan grave? El 90% de las veces te responderás que no, así que respira hondo y cuenta hasta 10 antes de perder los nervios.
5. Cuida de ti
Men sana in corpore sano. Durante las vacaciones, en verano, tienes todo el tiempo del mundo para desconectar la mente y mimar tu cuerpo. Por ello, ¡es muy fácil cuidarse y sentirse en plena forma! No te abandones, prolonga esa felicidad y propónte conservar una buena salud tras las vacaciones.
¿Qué debes hacer?
- Rinde culto a tu cuerpo. Prolonga tu bronceado durante más tiempo aplicándote un autobronceador, continúa haciendo ejercicio (multiplica los trayectos a pie, vete a nadar, sube las escaleras en vez de utilizar el ascensor...), intenta convencer a alguna amiga para dar largos paseos mientras charláis... Es decir, sigue con las rutinas adquiridas durante las vacaciones.
- Incluye hábitos saludables en tu vida, como cocinar con más verduras, compensar los excesos de las comidas copiosas o cenar lo más ligero posible. Si comes de forma saludable, te mantendrás en tu peso y no tendrás que hacer dieta nunca más.
- Si tu cuenta bancaria está bajo mínimos, puedes recurrir a vídeos para hacer gimnasia en casa o al running, el deporte que nunca pasa de moda.
- Pide cita con tu médico para que te haga un chequeo y te recete algunas vitaminas.
Y recuerda que si quieres cuidarte de verdad, puedes seguir cualquiera de estos consejos para tener una salud de hierro o, mejor aún, todos ellos.
6. Piensa en el futuro
Sí, las vacaciones han sido magníficas, pero ya se han terminado. Ahora no es momento de ponerse nostálgica, sino de mirar hacia el futuro y lo novedoso. No te quedes anclada en los recuerdos durante septiembre, que por cierto a menudo están idealizados por nuestra mente. ¡Sigue hacia delante!
¿Cómo hacer?
- Analiza las ventajas de no estar de vacaciones (¡sí, claro que las hay!): te desprendes del calor asfixiante y de los lugares abarrotados, puedes ahorrar más, hacer más planes de manta y tele, ya tienes en tu ciudad a todos tus amigos que también vuelven de vacaciones...
- Da la bienvenida a las buenas noticias que te trae el mes que empieza, como el regreso de tus series favoritas, los nuevos libros que trae el otoño o la película que se va a estrenar en el cine y que tantas ganas tienes de ver.
- Si estás harta de la monotonía y necesitas un giro en tu vida, adelante. No hay mal que cien años dure, así que no temas equivocarte si quieres probar con un nuevo trabajo, a cambiar de piso o incluso de ciudad. ¡Que al menos no se diga que no hiciste todo por lograr tus sueños!
- Espera con impaciencia las sorpresas que te depara la vida: un nuevo amor, la dimisión de ese compañero tan gruñón que te hace la vida imposible en el trabajo, conseguir ese ascenso que estás esperando... ¡Todo es posible!
- ¡También puedes empezar a planificar tus próximas vacaciones! ¿Que tal si empiezas a pensar en tu próxima escapada a la playa? Aquí tienes unas ideas...
7. Limpieza general
Está demostrado que limpiar nuestro hogar tiene efectos beneficiosos para nuestra salud (aumenta el gasto calórico) y nuestra mente (reducción del estrés). Siguiendo el lema de "hogar dulce hogar", pon tus cosas en orden para que tu vuelta al trabajo sea mucho mejor.
¿Qué debes hacer?
- Desde el momento en que cruces la puerta de casa, airéala y sacude los cojines,cambia algunos elementos de decoración (pintura, fundas nórdicas o cortinas) para tener la impresión de vivir en una nueva casa.
- Haz cambios pequeños pero visibles, como un nuevo y divertido felpudo que te anime cada vez que entres en casa, comprarte unos grandes altavoces para disfrutar de las pelis y las series como si estuvieras en un cine o colocar tus fotos de este verano que ha sido inolvidable.
- Pon en regla todo el papeleo, las facturas y las obligaciones administrativas acumuladas durante tu ausencia. ¡Quítate un peso de encima!
- Deshazte de todo lo que estorba: ropa antigua que ya no utilizas, las revistas que has ido acumulando en casa, etc... Y, lo más importante y difícil, apártate de una vez por todas de las personas tóxicas que tienes a tu alrededor. ¡Mejora tu vida de una vez por todas!
¿Has tomado nota? Estamos seguras de que si pones en práctica muchos de estos consejos, la vuelta al trabajo será mucho más llevadera. Y si necesitas un empujón extra, echa un vistazo a estas frases motivadoras.
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