Tiene aspecto de aceituna, pero es de color rojo cuando está maduro (al principio sí que comparte el color verde con la oliva) y, tanto por su sabor como por su textura, recuerda a una manzana. Esto se debe a que el fruto, de tamaño pequeño, es de color entre verde y blanquecino en su interior. Así se podría describir la azufaifa, un fruto conocido en muchas partes del mundo por multitud de nombres: azufaifo, jinjol (se debe a que proviene del árbol jinjolero), achifaifa, zofaifo, azufaifo, gínjol, achuzaiza, zizyphus jujuba... y muchos mas son los términos que aparecen en el diccionario. En la cultura china, incluso, es conocido como dátil rojo.
Desde un punto de vista científico, la azufaifa pertenece al Ziziphus zizyphus, una especie vegetal de la familia de las ramnáceas (Rhamnaceae), y es una planta originaria del sur y este de Asia que puede llegar a medir hasta los 12 metros de altura. Es allí, en Oriente, donde se produce el cultivo a gran escala de los azufaifos, pero en Espana tambien se pueden encontrar diversos ejemplares de estas especies, que están asilvestradas ya que uno de los principales factores negativos de este arbol es que se expande con gran facilidad porque se reproduce por las raíces, por lo que puede dañar las propiedades de otras especies o arboles cercanos a él. Ademas, podrás reconocer esta especie porque pertenece a un género de arbustos frutales espinosos. En definitiva, son plantas que cuentan con hojas coriáceas con una forma oval muy particular.
Debido a las características de estas plantas, son capaces de resistir temperaturas gélidas, así como grandes períodos de sequía. No obstante, las azufaifas son plantas que necesitan calor para florecer sus frutos, que alcanzan su maduración durante los meses de agosto, septiembre y principios de octubre. Con motivo de estas condiciones, en territorio español, es habitual encontrarla en zonas secas como Murcia y Almería.
¿Por qué tomar jujube?
Fíjate bien, porque probablemente alguno de los productos que utilizas con asiduidad incluya esta fruta. Y es que el azofaifo está reconocido como la "fruta de la inmortalidad", puesto que contiene numerosos nutrientes (calcio, potasio, niacina o magnesio, entre otros) y cuenta con un gran aporte de vitamina C (el jinjol es proveedor de grandes cantidades de esta vitamina y supera, incluso, a la naranja en su contenido), que en muchos casos supera al que pueda proveer cualquier otro cítrico. Esto significa que en la mayoría de los casos el jujube se puede utilizar para fortalecer el sistema inmune durante las épocas más frías del año. De este modo, lo más habitual es que se tome en tazas de té, que se preparan con el fruto seco y se beben para aliviar la carraspera o el dolor de garganta.
Por otro lado, el fruto de las azufaifas se utiliza para disminuir la presión arterial y, especialmente, en caso de enfermedades como la anemia u otros problemas hepáticos. Además, debido a su gran cantidad de nutrientes y flavanoides (compuestos de origen vegetal que nos protegen de las infecciones), funcionan como antioxidantes, lo cual ayuda a evitar el envejecimiento de las células.
Pero ojo, porque además de ser beneficiosa para nuestro cuerpo, la semilla del azufaifo se suele utilizar en la medicina china para calmar los nervios y el estrés. De este modo, una taza de jinjoles después de la comida o la cena facilita la conciliación del sueño (si tienes la suerte de echarte una siesta a media mañana, apúntate este dato). Ademas, el uso de este fruto permite la rápida cicatrización de heridas y otras lesiones físicas, como eccemas, que se pueden tratar aplicando la pulpa del fruto o las hojas de la planta, siempre lavándolo antes con abundante agua.
Si, en lugar de utilizarlo como recurso para aumentar la cantidad de vitamina en tu cuerpo prefieres enfocarlo a la estética, estás de suerte. Este fruto rojo se suele emplear para mejorar el tono y el color de la piel como complemento a la luz solar. Vaya, que el jujube sirve para absolutamente todo. Con una taza de té, tu cuerpo absorberá sus múltiples propiedades y vitaminas que contiene la azufaifa y te notarás mas ligera y saludable.
En definitiva, si padeces anemia, falta de apetito, diarrea, insomnio, nerviosismo, depresión leve o ansiedad, la jujuba es el complemento perfecto para tus comidas. Ademas, el jinjol es muy beneficioso para mejorar la función cerebral, hasta el punto de que las semillas del ziziphus pueden ayudar a tratar demencia.
Cómo no usar el azofaifo
A pesar de que estas especies recopilan un auténtico manual de propiedades beneficiosas, conviene que tengas en cuenta que las azufaifas no solo están compuestas de azúcares y vitamina C, sino también de mucílagos. Esta sustancia viscosa son ideales para frenar el estreñimiento y regulan el tránsito intestinal, puesto que tienen un efecto laxante si se abusa de ellas.
Como hemos dicho, un consumo moderado del jinjol evitará la toxicidad en diferentes órganos del cuerpo, como el hígado y los riñones. Además, el uso excesivo puede ocasionar dolor de cabeza. Tanto las mujeres embarazadas como en fase de lactancia, así como los niños que no superen los cinco años deben abstenerse de tomarlo.
También deben hacerlo los diabéticos, puesto que los azufaifos contienen una cantidad muy alta de fructosa, lo que puede aumentar los niveles de glucosa.
¿Sólo se ingere?
Los jinjoles se pueden comer al natural, bien como fruta de temporada o bien como ingrediente de postres (una de las formas más habituales de consumirlo es en bizcocho o unas saludables cookies de azufaifas), mermeladas, licores artesanales o, incluso, en la cerveza. En algunos países como Líbano o Jordania se toman tras las comidas, mientras que países asiáticos como China y Corea lo emplean para conservas, vinagres o vinos dulces.
Lo cierto es que, igual que ocurre con otros arboles frutales de estas propiedades o frutos rojos como el arándano, tiene un sabor especialmente dulce y cuesta digerirlo si se toma el jinjol al natural. De este modo, en muchas culturas (sobre todo en la china) se suele preparar en forma de infusión o como ingrediente de la jalea o la miel.
Pero no todo es comer y beber con este pequeño fruto como ingrediente principal, porque, desde que se conocieran sus diferentes propiedades, esta planta se ha utilizado para la elaboración de instrumentos musicales. Los famosos violines Stradivarius, las grallas, la dulzainas o las tenoras se fabrican con esta madera, de gran calidad.
Una vez se haya lijado la madera, proporciona un sonido limpio y claro, esto es, el necesario para que estos instrumentos suenen como han acostumbrado desde los primeros tiempos de la historia de la música. Generalmente, en territorio español se avistan en las zonas mencionadas al principio de este artículo, es decir, aquellas donde su cultivo es habitual y en las cercanas a ellas: Baleares, Comunidad Valenciana y Cataluña. Es en ellas donde estos árboles, reconocibles por su pequeño fruto rojo, ya que el cultivo del jinjolero abunda en estos terrenos por las características del entorno.
Si, a pesar de las muchísimas propiedades del jinjol que has podido en este artículo, aún no estás convencida de probar este fruto rojo, puedes encontrar información sobre el mismo en diferentes libros y artículos relacionados con la salud, ya que no existe ningún diccionario enfocado al campo de la Medicina que no dedique alguna pagina a los beneficios y propiedades de estas semillas recomiende probar un par de tazas de esta planta tan beneficiosa.
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