El verano está lleno de actividades, pero a cierta edad la más frecuente acaba siendo que tu hijo acuda a un campamento. Se trata de una actividad muy enriquecedora para los niños y jóvenes, ya que les enseñan valores como el esfuerzo; la importancia de la amistad o la empatía; disciplina; nociones de alimentación saludable; organización; incluso pueden aprender inglés; practicar deporte o estar en contacto con la naturaleza.
Sin embargo, por mucha ilusión que pueda existir al apuntarse, es cierto que el primer año suele ser más difícil tanto para ti como para él, y especialmente las semanas previas son las que nos cuestionamos nuestra decisión y acaban surgiendo muchas dudas. ¿Habré decidido bien? ¿Cómo le ayudo para que vaya contento? ¿Me echará de menos? Por eso, queremos ofrecerte una serie de consejos ante los mitos más habituales que te ayudarán a despejar todas estas dudas.
Es demasiado joven para ir al campamento
No hay ninguna regla para que acuda antes o después a un campamento, depende más bien de cómo le veas a él de preparado para pasar tiempo fuera de casa. Es decir, si tiene miedo a la oscuridad, es muy dependiente de ti o le cuesta comer fuera de casa probablemente tendrá más miedos que otros niños.
Sin embargo, sus miedos no deberían ser los tuyos y viceversa. Nunca va a estar 100% preparado, así que cuando creas que ha llegado el momento, prueba y sobre todo prepárale previamente. Por ejemplo, si tiene miedo a la oscuridad trata de que vaya superándolo poco a poco en casa o si no le gusta comer de todo ayúdale a que vaya probando algún alimento nuevo.
Mi hijo se sentirá solo y no hará amigos
Puede suceder que a tu hijo le cueste integrarse o que te eche de menos, pero para eso están los monitores del campamento y el personal que va a estar con tu hijo. Pasar tanto tiempo fuera de casa y las actividades que se realizan en el campamento hacen que irremediablemente conozca a más niños y ellos también a tu hijo, así que forjará amistades que, aunque no sean de por vida, le ayudarán a adquirir más confianza en sí mismo y a ganar más independencia. Eso le ayudará a hacer amigos más fácilmente y a perder el miedo o la vergüenza de ser rechazado por los demás.
Los campamentos no le ayudan en nada
Los campamentos son experiencias que han ayudado a muchos niños a socializar, superar sus miedos y mejorar su autonomía. Por eso, es conveniente no generalizar; una mala experiencia en un momento dado en un campamento no significa que tu hijo no encuentre alguno con el que encaje mejor. Hay que tener en cuenta que son muchas las variables que influyen en que el campamento le guste a tu hijo como las actividades que realizan, la actitud de tu hijo, los compañeros con los que va a convivir y los monitores que le acompañarán en esta aventura.
A los dos días querrá volver
Es cierto que los primeros días son especialmente difíciles y más si nunca han pasado tanto tiempo fuera de casa. Quizás por eso cuando te escuche por primera vez por teléfono o le visites se emocione. Sin embargo, debes mantener la calma y ser paciente, los monitores te llamarán si realmente tu hijo lo está pasando mal, así que confía en ellos y si hablas con él céntrate en que te hable de las actividades y transmítele seguridad. Si piensa que estáis preocupados, tampoco le ayudará a estar tranquilo.
En el último momento se negará a ir
Es importante no anticiparse a los acontecimientos, pero si al final se niega a ir no deberías forzarlo o reprochárselo. Al final, aunque no vaya, la experiencia os habrá servido para averiguar qué le asusta o qué problemas tiene y así tratar de ayudarle poco a poco con otras actividades el resto del año. De todas formas, tú mejor que nadie conoces a tu hijo y cómo actuar en esos momentos, así que confía en tu instinto.
Contenido elaborado en colaboración con Nuria G. Alonso de la Torre, fundadora y psicóloga de Ayudarte estudio de psicología
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